La lluvia arreciaba sobre los viejos vagones de la abandonada estacion de trenes. En unos de esos carros hacia el amor desaforadamente con una chica de la calle.
No puedo mas le confese empinando un trago de oporto, antes de encontrarte lo hice con mi esposa, bella mujer ella pero no tanto como tu. Cuando terminamos de hacer el amor, sufrio un ataque de celos solo porque le adelante el pago a la sirvienta, conclui.
Que mas me da a mi respondio la chica, solo buscaba un lugar donde refugiarme del aguacero y pasar la noche. Eres buen amante me has hecho feliz, dijo y se durmio de repente.
Note que empezaba a clarear y decidi ir a ver si me esposa se dignaba a recibirme. Precisamante, me estaba esperando con ese camison transparente que a mi me volvia loco. Despedi a la domestica todo arreglado, me dijo con una sonrisa sensual.
Estaba desconcertado.
La bese por instinto ya que ella disponia de todos los recursos, y se enamoro de mi como quien ama a un simple gigolo.
Enseguida subo a nuestra alcoba le dije, dejame secarme un poco.
Al subir ella fui al lugar que me interesaba, el cuarto donde se cambiaba la nana.
A decir verdad encontre unos calzones usados que tenian dibujado un corazon con rouge y su numero de telefono.
De arriba se escucho la voz de mi esposa: como no subes, ya no aguanto las ganas de estar contigo.
Solo habria faltado un llamado de la chica del vagon, pero no, mejor no,.ya hay mucho en que divertirse. Es curioso que me pase justo a mi, pero debe ser porque no cargo ninguna mochila moral.
Comentarios
COMENTAR
¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales