En el terrible desvarío de mi mente,
siempre vienes tú cómo agua en el desierto
cuando la vida me deja vacíos,
vienes tú y me llenas completa,
en esta constante confusión de dirección,
eres tú mi brújula, mi guía, mi luz...
Y cuando me siento en el umbral de la fría soledad,
llegas y me abrigas con tu aliento.
Sin promesas, sin palabras...
solo poder ver tus ojos, cristalinos, solo míos,
tu sonrisa que hace detener el tiempo
y olvidarme de todo,
quiero disfrutar este universo nuestro,
compartir tu vida con la mía, toda nuestra paz y locura,
fundirme en tu piel y entregarte mi alma,
porque con tu amor no necesito más,
déjame ser tu refugio, tú ancla, el verso buscado,
y en este desastre de inseguridades,
déjame caminar descalza de tu mano
Porque ya no tengo miedo de decir que te amo.
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