Veinte años despues regrese a ese hospital, donde te cuide exactamente treinta noches, poco habia cambiado, camine por el pasillo hasta la habitacion numero trece y decidi entrar, todo lucia igual, estaba como detenida en el tiempo, los ventanales de madera, la cama de hierro y hasta el mismo ventilador de techo que giro todas esas largas noches de espera e incertidumbre, cuantos recuerdos se me vienen a la mente, fueron tus ultimos dias, los dias donde peleaste contra una enfermedad terminal, donde le diste batalla a la muerte, donde las largas horas de agonia me preparaba para tu partida, sufriste mucho, lo se, tus quejidos de dolor eran constantes, tu disficultad para respirar revelaban la fragilidad de tu cuerpo, eran momentos criticos, pero hubo una noche, la ultima, donde parecias doblegar al destino, estabas lucido y querias hablar, y me invaden la memoria esas palabras que me dijiste, hijo no fui un buen padre te ruego que me perdones, se que mis dibilidades y excesos con el alcohol te han hecho mucho daño, por un instante no pude hablar, estaba quebrado, y el silencio quedo atrapado en esas cuatro paredes como testigo de un testimonio de un hombre que buscaba la remision, viejo te he perdonado hace mucho tiempo y quedate tranquilo que fuiste un buen padre, me enseñaste valores que son fundamentales, y es la humildad y la sencilles y eso lo aprendi de vos, y tus errores me han formado hoy son parte de mi experiencia como padre, me miro y note en su mirada un lumbre de paz, me acerque y le hable al oido, descansa, duerme y cerro sus ojos, la noche transcurria tranquila hasta que un fuerte quejido retumbo en la habitacion, corri a buscar a la enfermera, llego el doctor y espere en el pasillo, despues de unos minutos, el medico salio, se me acerco y me manifesto, su padre acaba de sufrir un paro respiratorio pero logramos sacarlo adelante y estabilizarlo, pero su salud es muy endeble, solo nos queda esperar, entre al cuarto, lo tome de la mano pero sus reflejos no respondian, le di un beso, un largo beso, ese fue el beso mas hermoso e inolvidable, fue el beso de despedida, jamas volvio abrir sus ojos y su corazon se detuvo, difinitivamente. Relatos breves Juan Sosa
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