DEAMBULANTE
De ambu lante...
Caminaba la tarde vieja,
ensimismada, contenta, en la nube,
con la voz amalgamando al suspiro,
en el fuego lento de mil mieles,
donde la muerte se quitó la vida,
donde la hora perdió los minutos,
y el siglo los años viejos,
y viejas las semanas días,
y días las noches nuevas,
y nuevas las últimas sonrisas.
¡Deambula, deambula, sobre el tiempo!.
Caminante volando sobre el aire,
haciendo sueños sin fantasias.
Fabricando solo tu realidad.
Deambulante, deambulante, deambulante.
Porque late la pluma fría,
arrobada, inconclusa, en la luna,
con la mirada tejiendo al suspiro,
en el hielo amargo de mil flores,
donde la vida engendra la muerte,
donde la mano pierde los dedos,
y la consciencia los perennes valores,
y valoras las ausencias presentes,
y presentas las nuevas pérdidas,
y pierdes las primeras esperanzas.
¡Deambula, deambula, bajo el agua!.
Caminante, respirando bajo el fuego.
Haciendo luces sin soles.
Fabricando solo tu universo.
Deambu... la, la, la... nte. NTE.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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