Reencuentro Compañeros Contadores

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Entramos a la carrera de contadores sin saber exactamente de qué se trataba, pero la carnada estaba tan bien cebada que inmediatamente mordimos el anzuelo, porque al estar en las primeras materias nos dimos cuenta que era una carrera que tenía mucho futuro y mucho campo de acción dentro de los negocios, al principio solo sabíamos que nos debían gustar los números, porque todo era eso, números.

¿Porque elegimos entrar a la UANE?, tomamos esta opción porque éramos consientes que los costos en las colegiaturas de las otras universidades era excesivamente alto, muchas veces comentábamos que a nuestro criterio de bisoños alumnos, no se nos hacía costeable pagar tanto sin tener la garantía de conseguir trabajo al final de la carrera, además como en aquel tiempo las familias eran numerosas, teníamos que ser conscientes de todos las dificultades que tenían nuestros padres para darle estudios a toda la tribu. Otra razón del porque no nos fuimos a Monterrey como muchos otros, fue que solamente del traslado y las estancias iban a hacer un gasto importante, o para el caso de las mujeres, muchos papás no querían exponer a sus hijas al riesgo de la gran ciudad regiomontana.

En los reencuentros con los compañeros de escuela, sea del grado que sea, siempre causa un abanico de sensaciones y nerviosismos, porque no sabemos que van a opinar los demás de nuestra apariencia física al volverlos a ver. Las mujeres se preocupan más por su ropa o su color de cabello y los hombres en como esconder la panza y la falta de pelo, pero la verdad nunca fuimos tan fijados en la cuestión del vestir de cada quien ni críticos, nunca hacíamos burla del físico de alguien en particular, éramos calmados en ese aspecto, estábamos concentrados en otras cosas.

Los trabajos en equipo que tanto nos fomentaron en cada materia, no sé si los maestros  lo recomendaban para que posteriormente supiéramos trabajar en equipo en nuestros empleos o para generar una amistad más entrañable, que nos hiciera extrañarnos mucho entre nosotros y con eso no desertar a los estudios o a la universidad, creo yo que nunca lo sabremos realmente, pero ¡que padre fue la experiencia, siento nostalgia de esos momentos!

Me doy cuenta con mucho agrado que todos y todas estamos trabajando en algo relacionado con nuestra profesión, por lo tanto, el esfuerzo valió la pena, y nuestros conocimientos se han puesto en práctica. Hemos podido comprobar lo que nos enseñaron, saber que nuestros conocimientos si están basados en la vida real. Otras carreras como nosotros les decíamos eran “Solo mientras me caso” y nunca las pondrían en práctica.

A mi parecer nuestra profesión ha tenido muchos cambios, muy significativos en estos 30 años, antes éramos muy buenos para la calculadora, hacíamos las cuentas sin ver los números del aparato, muchas personas se sorprendían de la destreza de poder hacerlo muy rápido sin voltear a ver. Después con las hojas de cálculo se nos facilitaron mucho los trabajos, ahora con los sistemas de contabilidad tan completos pero tan complejos podemos sacar todo tipo de reportes y hacer análisis muy detallados.

Otra de las cosas que ha cambiado muchísimo es como presentar las obligaciones ante Hacienda, hasta pareciere que la secretaria está empeñada en que no sean necesarios los contadores, porque al paso que vamos el contribuyente solo va a entrar al portal de SAT y sabrá cuanto de impuestos debe de pagar, pero la verdad esto también ha creado incertidumbre, que hace necesario contratar a un especialista, que somos nosotros los contadores, nos ha beneficiado el cambio, no hay que quejarnos.

De nuestra profesión lo que más mal cae es que debemos guardar los papeles durante 10 años y saber qué es lo que se hizo durante ese tiempo, muchas veces no sabemos que hicimos la semana pasada, imagínense recordar que se hizo 10 años atrás, es por eso que debemos tener muy bien clasificados los archivos, tanto en papel como en la computadora, para no fallar en las auditorias.

Otra de las cosas que recuerdo cuando estábamos en la escuela, eran ese tiempo de espera entre clase y clase, literalmente nos tirábamos en el piso del edificio, nos recargábamos unos contra otros, nos poníamos a platicar muy a gusto. La amistad era totalmente desinteresada, todos hablamos de las cosas personales, lo que pensábamos de las cosas y los temas novedosos que surgían en esos momentos, fue una bonita época de nuestra vida, cuando formamos la gran amistad.

Los planes de estudios de la universidad no eran tan planificados pero eso en vez de ser una desventaja fue una gran ventaja, porque los maestros podían cumplir con el plan de estudios, pero les quedaba tiempo para poder enseñarnos sus experiencias laborales, sobre lo que les había sucedido, como lo habían enfrentado y cuales habían sido las consecuencias, eso era muy interesante, no nos poníamos de acuerdo entre nosotros pero empezamos a entrevistar a los maestros para sacarle más jugo a su tema, era muy entretenido conocer las experiencias laborables de nuestros maestros, quizás más que la misma materia.

Poco a poco fuimos cambiando la manera de hablar, conforme avanzábamos en la carrera, cada vez más usábamos un lenguaje más técnico, esos términos los íbamos utilizando inconscientemente y nos íbamos realmente sintiendo más contadores. Siempre defendíamos nuestros puntos de vista pero tampoco nos aferrábamos a nuestras creencias, si nos convencían, aceptábamos y adelante sin problemas, tampoco nunca lo tomábamos tan personal, no hubo jamás una discusión que marcara la enemistad dentro del grupo, o no la recuerdo en verdad.

Qué bueno que inventaron el WhatsApp, ha sido un reencuentro diario con las compañeras y compañeros de nuestra generación, a veces criticamos a las redes sociales, pero en nuestro caso les estamos dando la importancia que merecen por habernos unido más últimamente. Algunos son más activos que otros en nuestro grupo de WhatsApp pero sabemos en nuestra mente que todos nos tenemos muchísimo cariño y respeto.

Ahora en la realidad, nos damos cuenta que ya estamos en la última década de trabajo, ojala sea muy buena y consolidemos todo por lo que hemos luchado, la mayoría de nosotros según he oído estamos en la etapa más difícil de nuestra vida profesional porque estamos enfrentándonos a los grandes gastos de nuestros hijos en la universidad, nos toca a nosotros pagar la educación de nuestros hijos, como dicen todo se paga en esta vida.

Siempre defenderemos que los contadores somos mejores que los administradores porque un contador puede ser un administrador pero ¡un administrador no puede ser un contador! Otra, en la contabilidad se centran todas las actividades de las empresas a fin de cuentas y nosotros logramos ser confidentes muy íntimos tanto de los secretos como de los temores de los propietarios de los negocios y un administrador no. Y como todo lo que empieza tiene que terminar, espero que siempre nos vaya bien a Todo!

 


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