Los aspectos de la basura cognitiva - ( parte I )

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Los aspectos de la basura cognitiva.

Estoy acostado mientras el aire fresco y salado entra por mi nariz debajo de mí, un techo. Tengo 22 años de edad, vendí todas mis pertenencias a un costo bastante bajo debido a ciertos detalles sociales en la comunidad donde vivo, ya que me vi en la necesidad, o así quiero creer; esa excusa asimilo, donde decido irme por un tiempo de ahí, sino es que para siempre!.

Sea lo que sea que haya sido, si bien; soy una porquería, un imitador, ladrón, mal agradecido, expresando todo esto con el simple hecho de alimentar mi ego, haciendo pequeños sacrificios para luego restregarlo en la cara a quienes se los hago. Una mierda, un bastardo legítimo.

Así me encuentro caminando en un determinado lugar del mar Muerto. Heme aquí por las costas de este lugar cuando provengo de un puerto que toca uno de los cinco océanos más grandes del planeta; el océano Pacífico.

Hace tiempo consulté las escrituras recientemente digitalizadas de los manuscritos hallados en 1947, y hallar información nomás para darme cuenta que hasta el momento no están en el dominio público; no en internet. Por alguna razón quise venirme directamente hacia acá, según yo para recapacitar, pero creo que en verdad es que, cuando tuve un accidente que por poco y acaba con mi vida, el trauma me causó tener la percepción de observar imágenes mientras tenía los ojos abiertos, de cosas; de momentos, en donde por motivo para escribir algo he llegado a este mar tan antiguo!.

He logrado recorrer y atravesar luego de tanto buscar y encontrarme con zonas que deliberadamente no se pueden cruzar, hasta lograr llegar a las partes de barro del mar que me han permitido encontrar las orillas donde se encuentran sus aguas saladas. Sé que pude haberme ido por la carretera, pero hace tiempo que dejé el carro y decidí ir caminando. Y es que venía en carro por la carretera 90, desde Jerusalém hasta aquí. Y es que es devastador, la realidad es que el mar muerto, se muere.

Estando sentado ahí cerca del agua, tratando de pensar algo serio mientras hablo solo, pronto acostado, y me acuerdo de un chiste que no recuerdo lo que sigue como para contarlo. Sin más ni más, imagino mi concepción tratando de recordar hasta el día de hoy mientras que; con una navaja, desde el hombro pasando por las venas del brazo izquierdo hasta detenerme en la parte de la mano donde están las marcas que reflejan la edad y que también un adivino si las mira podría leerte, etc., me levanto un poco para desparramar la sangre sobre mi otro brazo sin hacerle herida alguna, ya que ahí tengo empuñada la pequeña navaja hasta que la suelto mientras me voy mareando.

No hay carros cerca, o animal alguno a excepto; creo yo, de las artemias en el agua, tampoco personas caminando, o sobre algún curioso en busca de más pergaminos ocultos

o enterrados. Miro al cielo y de pronto escucho el sonido que emiten las avispas, debido a que me debilito, y quizás ahora se ponga alguna o varias sobre ambos de mis brazos sin la necesidad de injertar sus agujas naturales. Apenas y puedo hablar, miro borroso, y lentamente; sin embargo los sonidos no se distorsionan, creía que con esta forma de suicidio, sucedería como cuando se utiliza alguna medicina psicotrópica, en donde oiría mejor, mi percepción con respecto a este mundo se ampliarÌa y fuera de los efectos naturales o artificiales de dichos fármacos naturales o alterados, ya que con este acto impuesto por mí, sería capaz de acoplar la realidad onírica y supernatural al tiempo del mundo físico, pero por desgracia no ha sido así. Entonces comienzo a murmurar, me salen palabras que desconozco, incluso estoy seguro que son balbuceos de sonidos emitidos por idiomas que he mirado en filmes, libros, canciones, al mismo tiempo, asimilando ruidos con firme entonación pero de incongruente rima. Poco a poco se vuelve de noche y al paso del tiempo estoy seguro que escucho que se acercan más avispas, y sus emisiones sonoras se vuelven cada vez más melódicas.

Debí de haber muerto, ya tendría que estarlo, he perdido la noción del tiempo y no sé si ha sido un segundo, minutos o varias horas, claro que de la tarde, a la noche y de la noche a la mañana, se tiene que omitir la realidad, solo por el hecho de que es obvia su consistencia, que fueron horas y no segundos de un día a otro a pesar de mi propia percepción. No recuerdo exactamente de donde sale el sol, realmente ahorita, no ha salido aún cuando su luz se refleja en los colores del cielo y en el clima del amanecer.

Para cuando recupero la atención hacia el ruido de las avispas, noto como se van transformando en pasos que se dan sobre la arena, cierto es que me es difícil y me produce flojera girar la cabeza, solo lo hago con los ojos y esa mirada borrosa en base a la pérdida de sangre, no estaba seguro de que sería, si un hombre con ropas de mujer, o una mujer vestida de hombre, o simplemente que fueran los efectos combinados de mi estado provocado, los cambios climáticos, el sonido del mar, el viento, tal vez y no hay avispas ahí, entonces me aseguro y levanto un poco la cabeza y noto que ahí están, y los pasos se vuelven cada vez más agonizantes, aunque, repentinamente dicho suceso me causa un afortunado desvarío ya que las avispas dejan de consumir mi sangre y se va formando una estela, como una sombra, el sol cada vez se acerca con mayor intensidad. Y porque decidí que avispas se unieran en comunidad hasta pasar de una sombra a formar al espectro de un hombre con harapos que ni en pinturas o ilustraciones o representaciones sobre la vestimenta o moda de hace más de dos mil años jamás habría visto? Quizá sea que al suicidarme me encontrara con un alguien de nombre Belcebú; y es que lo identifiqué de esa manera inmediatamente porque el avispón o la avispa es representada como el símbolo de dicha entidad, pero probablemente por no esperar a mi momento natural de morir, me excuso de no preguntarle su nombre, es como una sombra, creí que sería una simple alfombra o una mágica que me llevara a pasear por los cielos. Ese es el aspecto de dicho personaje y no habla pero puedo entender con su presencia lo que me quiere decir, seguramente lo he llamado para que me reviva mientras desvarío de mi estado consciente.


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