Deseo contenido... Dime que sigo siendo tuya.

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Sus nalgas prominentes eran estrujadas por mí a voluntad dejando una marca de mis uñas en ellas, sus gemidos eran exquisitos a pesar de no hacerlos tan fuertes, mientras que su respiración caliente llenaba mi cuello de perversas sensaciones.

Banda me miró una vez más mordiéndose los labios. –Dime que extrañaste a tu putita David, dime que no ha habido otra que sea tan caliente como yo, que, a pesar de los años yo sigo recordando las veces que me cogías duro en la cama de mi marido, y muchas son las veces que me he masturbado recordando lo rico de tu verga y demasiadas las veces que le dije tu nombre a mi esposo. Miénteme si quieres, pero quiero escuchar que solo yo soy tu putita y que me extrañaste David.

-Eres mi putita Banda y siempre serás mía. –Le dije.

Mis manos apretaron aún más sus nalgas y las abrieron para tocar su ano, ella se aferró de mi camisa aun puesta y gimió con esa voz fina que tanto me hacía poner caliente,, con mis dedos fui a sus costados para deslizar su pequeña tanga, misma que, empapada cayó al suelo. Mis manos la pegaron a mi cuerpo apretándola contra la pared, mi verga firme y caliente estaba empujando en su abdomen y ella, aferrada de mi cuello solo gemía y me besaba, mi mano derecha bajo hasta su vagina, y sin tener que entrar note lo empapada que estaba, abrí sus labios y entre un delicioso gemido, mis dedos se deslizaron hacia arriba y hacia abajo haciéndola explotar, sus uñas se clavaron en mis brazos y entonces llegue a su clítoris para frotarlo, ella abrió un poco las piernas y entre gemidos un chorro delicioso brotó violento.

Ver su cara de placer mientras se venía me puso como loco, ella deseaba mi verga y yo no aguantaba un segundo más sin sentirla, entonces le di la vuelta, ella se agarró en la pared y me paro ese delicioso culo, mi mano izquierda le dio una palmada y enseguida fui a su cabello, la tomé firmemente y explotando de caliente le dije. –Mi putita quiere verga??? –A lo que ella respondió que sí

Sin dudarlo ni un segundo mi verga se fue hasta la entrada de su coño, y de un solo golpe se le fue completa, ella exhaló fuerte aferrándose de la pared casi arañándola, mi verga entraba y salía empapada en jugos mientras que mi mano jalaba fuertemente su cabello, mi otra mano tomaba sus tetas y las apretaba, pellizcaba sus pezones y también le daba fuertes palmadas en el culo. La música estaba fuerte por lo que, aunque hacíamos ruido, eso no importaba. Banda me pidió que la cogiera más fuerte y entonces yo la tome de la cintura, inspirado por su espalda tersa y clara, apreté sus costados para bombearla con todo, ella me miro de lado extasiada y me puse tan duro que mi verga me dolía.

Y comencé a darle con todos mis muslos chocaban en sus nalgas con violencia mientras mella, empotrada en esa pared solo gemía retorciéndose de placer al tiempo que un nuevo chorro se dejaba sentir desde el fondo de su panochita, yo estaba a tope y tuve la sensación de también venirme dentro de ella, pero interrumpí mi mente mirando hacia afuera para ver su mi carro se acercaba y la sensación de venirme se alejó.  Banda se recuperaba exhalando muy cansada, pero yo aún deseaba probar ese esfínter delicioso que siempre me dejaba como embriagado de satisfacción. Y ella sabía que era lo que deseaba, recuperó su posición de inicio y con sus manos abrió su culo para yo poder contemplarlo, no dejé pasar la oportunidad de chuparlo un poco y recordar su textura en mis labios. Me incorporé y sin piedad la penetre aprovechando su muy abundante lubricación, Banda gemía como puta mientras yo vuelto un loco, arremetía con fuerza destrozando su culo, ella sola chupaba dos de sus dedos y ensalivados, frotaba sus erectos y grandes pezones haciendo que una vez más su cuerpo pidiera mi fuerza, me coloqué para finalizar y entonces con todas mis fuerzas me moví detrás de ella cogiéndola con toda mi velocidad, banda llevó su mano a su clítoris y entre alaridos y mis fuertes embates ella se regó por tercera vez mientras mi leche corría potente dentro de su culito.

Ambos gemimos cuando sentimos nuestro orgasmo correr, ella tambaleaba y yo sudaba como loco, pero no dejaba de moverme, nuestros movimientos fueron menguando hasta quedar unidos como siempre y mis labios besaron su espalda, ella también cansada solo se detenía con sus manos en la pared, mientras que mi verga aun dura, estaba en el fondo de su culo sintiéndose apretado por ella.

Unas luces se miraban en el camino, Banda y yo nos dimos un último beso y de su bolso saco un paquete de toallitas húmedas, intentamos limpiarnos y salimos de las caballerizas con una leve brisa cayendo, ambos nos miramos satisfechos y complacidos de entregarnos como hace años, la brisa se convirtió en aguacero y las luces de mi carro llegaron a donde estaba, la lluvia apago más el deseo y por otro lado me baño limpiando la esencia de Banda pues, las veces que ella se vino, mojaba me dejaban escurriendo en sus jugos y eso olor podría delatarme.

Me cambié la camisa y me puse una chamarra, disfruté de la fiesta entre algunos coqueteos de Banda, pero ya el placer había cedido, al igual que la lluvia, al caer la madrugada la gente se fue despidiendo y entre ellos aquella hermosa putita. Se presentó ante mi esposa e incluso a ella le dio un beso en la comisura de los labios y la mejilla, lo cual estremeció también a mi esposa. Llegó el momento de irnos y estando en el auto mi esposa preguntaba por Banda.

-No te culpo mi amor, esa mujer es completamente hermosa, y no me vallas a negar que en el pasado tuvieron que ver porque yo sé notar esas cosas, es muy guapa y tiene un trasero que volvería loco a cualquiera, incluso a mi. –Miré a mi esposa con un poco de sorpresa y morbo. –Lástima que ella sea casada porque si no, igual y nos tomábamos una copa los tres…

 

-Todo es posible en esta vida mi amor, Todo es posible.

Y seguimos nuestro camino hasta llegar a la casa, hicimos el amor y los dos confesamos después estar pensando en Banda, al paso de un par de días volvimos a tocar el tema y convenimos en qué; el invitar a Banda a nuestra cama sería una deliciosa idea. Y entonces...

Aquí estamos, mi esposa y yo, vestidos muy elegantes para la ocasión, ella en un hermoso vestido claro, muy entallado y yo con el mejor de mis trajes, en esta habitación de hotel, esperando a que Banda suba las escaleras, ambos estamos entusiasmados de volverla nuestra puta y hacer un delicioso festín de lujuria.

La puerta suena y es mi esposa quien va a recibirla. -Puedo pasar? -pregunta Banda. -Pero supuesto querida. -Responde mi esposa.

 

Dedicado a… D. Banda.


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