No sé si dar marcha atrás y decirle que no puedo quedar hoy. Tengo que quedar con ella, además no me gusta anular nada, pero intuyo que estaré bien y querré irme con ella a su casa. No quiero eso en la primera cita. Ya sé, puedo masturbarme antes de salir y así se me pasa el calentón que llevo imaginándola.
Hemos quedado para conocernos y hablar de la vida, así, sin más, y sin conocernos aún en persona. Estoy imaginando que estaremos tomando algo en cualquier terraza de cualquier Bar y hablando del amor, por ejemplo. Será cuando se me irá la mente hacia su cuerpo desnudo, o quizás sus manos. Sus manos tocándome ya sería emocionante. Puede que le cuente algunas fantasías eróticas que quiero realizar. Solo son fantasías ¿Qué podría pasar? ¿Qué se cumplieran hoy? Pues a la mierda las fantasías, ya buscaré otras. Lo pensado, mejor que me corra aquí en la cama antes de salir de casa, estaré más despejado para quedar con ella.
Imagino que estoy hablando con ella en el bar y pienso que ella esta imaginando que tiene intriga por verme desnudo, de saber como la tengo. Pensar eso me pone cachondo. Ya la tengo dura. Voy a imaginar ahora que le cuento que llevo días mal por un dolor de cervicales, quizás sepa hacer masajes y se ofrezca voluntaria para ayudarme. Imagino que después de haberme conocido, charlado y haber comido por ahí, me invitará a su casa para tratar mí cuello. No se si podrá llevarme a su casa, pero creo que le diría que sí, sobre todo si me va a ayudar con mi problema. Una vez allí me dirá que me ponga cómodo. Le diré que para mí ponerme cómodo es estar en ropa interior. Seguramente me dirá que como yo más desee, que no le importa. Me gusta esa confianza. Eso es lo que he tenido con ella esta semana mientras chateábamos, confianza.
Sigo tocándome mientras la pienso, en mi mente me está tocando las cervicales, fingiendo que sabe lo que hace, pero me está mirando el paquete, la he pillado mirándome. Eso me ha puesto cachondo delante de ella y se me ha puesto muy dura. Ella sigue mirándome y se le ha escapado una sonrisa. Le gusta verme empalmado por causa del momento a su lado. Sigue dándome el masaje, pero sus manos empiezan a tocarme el pecho, y sigue mirando mi paquete intrigada. Yo, aparte de darme cuenta le miro sus pechos que se me acercan, no puedo evitarlo. No lleva sujetador y le he visto hasta los pezones, se ha desabrochado un poco adrede sin yo haberme dado cuenta. Aún se me pone más dura al pensar en querer comerle las tetas, madre mía. Dejaré que ella me haga lo que quiera, si es que quiere. Me sabría mal insinuar algo y que ella no quiera nada, me haré el dormido. No sé qué es peor, simulando que estoy dormido pienso en que quizás se atreva a tocarme el paquete, ¿Lo hará? Claro que sí, se le nota las ganas, ya se está acercando demasiado, me está rozando por la entrepierna. Joder, que morbazo. Ojalá me quité los calzoncillos y me vea completamente desnudo y empalmado, tengo ganas. Que observe mi polla pero que no vaya directa a acariciarme, que continúe y comience para hacerme un masaje por todo el cuerpo. Que me deje con un poco de ganas tocándome todo hasta llegar a donde deseo ya impaciente, eso me encantaría. Le voy a decir que puede hacer conmigo lo que quiera, y que si quiere que me apetece quitarle las bragas que lleva debajo del vestido para acariciarla. Son blancas, me gustan las bragas blancas, las estoy viendo porque esta inclinada tocándome los tobillos. Se que lo ha hecho queriendo. Está deseando que le meta mano. Eso voy a hacer, en tres segundos, recorreré mis manos por sus piernas y cuando le toque suavemente el coño por encima de las bragas, sabrá que tiene permiso para hacer conmigo lo que quiera. Va sí, eso hago. Que pasada, se deja y eso es darme permiso para todo intuyo. Le he empezado a acariciar por debajo del vestido hasta bajarle las bragas, por fin puedo meterle los dedos en el coño y la siento muy mojada, como lo estoy yo ahora. Uff, creo que está más que yo, me encanta. Se esta acercando con su boca donde quiero, que pasada. Si se pusiera encima mío al revés le comería el coño ya. No puedo más. Lo está haciendo, me ha bajado los calzoncillos y me la ha cogido fuerte. Empieza a hacerme una paja y un sueño se ha cumplido, Si quieres métetela en la boca, pero si quieres esperar, sigue pajeándome, que me está gustando mucho, no hay prisa, eso le digo. Creo que me voy a correr ya de las ganas que tengo.
No puedo evitar pensar en que ya me la está chupando con cariño, muy suave y ganas. Como estoy disfrutando, pero ella también está disfrutando por partida doble, aparte de hacer conmigo lo que ella quería, está gimiendo con mucho placer con mi lengua en su clítoris. Me encanta que le encante. Quiero no pensar lo que está pasando para no correrme ya, pero es difícil. Le diré que paré, que me gustaría ponerme un condón y metérsela un rato. Pero creo que sería mejor para otro día, así nos dejamos con ganas. Eso hago, no le digo nada. Y llega el momento que ella se corre, eso me excita tanto que no puedo aguantarme más. Le aviso que voy a correrme y me dice ¡Que sí, venga, córrete! Separa su boca de mi polla y empieza a pajearme con rapidez para hacerme gozar hasta mi final, No puedo más y eyaculo sobre sus tetas y parte de su cuerpo. Estoy temblando y ella sigue tocándome, me encanta. Me está vaciando y cuando eso sucede, se la vuelve a poner en la boca para chuparla un poco más. Eso me hace tenerla dura todavía. Mis ganas de follar con ella son ahora más grandes. Quizás, otro día, en un hotel con jacuzzi.
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