Dice mi mujer que en medio de la noche grité de panico. ¿Que soñe que me hizo sentir panico?, ¿Por que di esos gritos que daba el dios Pan en el bosque salvaje? Por el miedo mas ancestral que tiene el hombre: el miedo a la muerte, al no ser, a la inexistencia... Y es que andan los miembros de mi familia intentando “matar al padre”, matar al padre que yo represento, simplemente porque les incomodo o les molesto cuando se instalan en su zona de confort. Y yo, por otro lado, intento matar a la autoridad docente, al erudito reflexivo que habita en mi, para acallarlo y que me deje hacer algunas locuras irracionales.
Se me presento en sueños, la muerte, como “la desconocida” en la oscuridad. Y es que cuando la conozca, ya no se lo podre contar a nadie y de momento no quiero conocerla. ¿Pero mientras vivo a que muerte le tengo miedo? A la muerte de la personalidad, a la muerte de la imagen social, a la muerte de la representacion del yo, a la perdida de identidad…….y de esas muertes, que no es la muerte fisica, si que puedo hablar cuando las presencio cada dia, bien porque me tratan como “un don nadie” los demas o bien porque liquido mi personalidad para apaciguar la ira de otros.
De esas muertes en vida, de esas muertes que se pueden contar, de esas mortificaciones con las que nos “asesinan” los demas, de esos “homicidios” que realizamos a otros cuando los ninguneamos “pasando” de ellos o exclamando “para mi como si no existieras” o de esos “suicidios” a que nos sometemos cuando estamos delante del poder en cualquiera de sus formas. Pero menos mal que todo son ficciones, menos mal que todo son representaciones de lo real, pero que duelen como si nos fuera la vida en ello. Demasiadas muertes, demasiada sangre…..hoy, al amanecer, con el cielo incendiado de rojo…...menos mal que ha salido el sol. ¡Amanece que no es poco! A ver si terminan las brumas de la noche, las dolorosas ficciones que matan como si fueran de verdad.
Disculpar los eroticos, hoy voy de tanatico, de su hermanico Tanatos. Disculpar los ortograficos, nunca pongo las tildes. Disfruto escribiendo y no estoy para esas minucias.
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