Los aspectos de la basura cognitiva - ( parte III )

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La experiencia me hizo sentir como si fuesen las 11:59pm con 18 segundos, y yo miraba que no había estrellas, la noche cubierta por nubes; el color del cielo se tornaba algo rojizo, el clima era fresco, estaba aterradamente admirado por la lentitud en que se desmoronaba un edificio frente a mí, y en ese entonces a mi edad, en mi reflejo de 16 años, me impactaba lo que estaba ocurriendo, me encontraba en las afueras de una gran ciudad, un lugar al que se le denominaba el fin y el principio del mundo, nada podía apreciar, las personas en esa noche tan oscura caminaban de un lugar para otro, algunas mujeres en silencio avanzaban lentamente, pasaban coches, también hombres en grupo, el edificio se derrumbaba y caía a pedazos, era puro estiércol, algunos que se reían les caía encima y los aplastaba como si fuera concreto o material de construcción real, otros no se daban cuenta y les caía encima, salían corriendo asqueados de ahí.

Yo, ahora, curiosamente fascinado por el acontecimiento me quedé quieto para ver si me caía mierda encima, pero solo en los lados me caía, o me movía donde creía que caería algo y solo me chispeaba sobre mis ropas al caer al suelo. La ciudad también en construcción se llamaba Orbita-1; y es que ocurrió en el planeta una catástrofe natural que muchos pedazos de tierra y grandes ciudades de distintas partes del mundo se separaron de dichos países y se acumularon; como si de una pangea se tratase, en un lugar del mar Atlántico, realmente era un país, pero pronto estaba siendo capitalizado, hacía mes y medio que había ocurrido, se montó la escenografía de una guerra y se invirtió mucho dinero causando conmoción y proporcionando héroes y mártires expresos para obtener propiedad de dicho país que estaba creciendo, como en todas partes del mundo. Sin embargo se logró un balance aún cuando hubiera pleitos eternos, unos ganados, otros perdidos, unos recuperados, otros espiados, y algunos muy pocos encontrados. Pero la realidad tiene su verdad. Y no todo fue solo mera actuación.

Yo había emigrado allí para buscar trabajo, y mientras iba en el avión hacia Orbita-1, al checar el correo electrónico pude notar que había encontrado trabajo en mi ciudad natal, y sin dejar ese trabajo, al bajarme del avión me decido a permanecer ahí. Desde ese entonces, hacía 1 semana y 5 días, que permanezco ahí, conozco amigos y me enamoro de a donde llegué.

Ya eran las 12:35am y desde el cielo, las nubes se iluminaron, luces en movimiento, ruidos de chiflidos o así se asimilaba ese extraño sonido, y en poco tiempo el cielo se abrió, las estrellas se miraron y comenzó a llover, estrellas fugaces, algunos pensaron en alienígenas, pero hasta que comenzaron a caer sobre la tierra, el pánico no llegó sino hasta después, ya que las luces atravesaban cuerpos humanos y nada sucedía, no sino hasta que comenzaron a explotar, otros tantos se elevaron hacia el cielo, otros se fueron al mar, otros se desmaterializaron, y otros cayeron al suelo como cuerpos sin vida. Yo solo alcanzo a mirar como una luz se acercaba; y sin meditarlo, esa luz, hizo que mis ojos se cerraran.

Otra vez me encontré en aquel lugar, pero de nuevo era todo oscuridad y sentía un peso enorme sobre mí, me desperté porque me estaba asfixiando, cuando me levanté estaba bajo una pila de piedras, los restos de alguna edificación derrumbada. Me escabullí entre los pedazos de rocas y logré quitar algunos pocos para salir; de todas maneras, salí bastante raspado de aquella destrucción.

Todavía fuego, las nubles cubriéndose de oxígeno, el aire se olía húmedo, los cuerpos apilados y desparramados, claro que ya fijando mi atención, fue evidente para mí que estaba en tierra egipcia, en quien sabe que época, no sabría decirlo con exactitud. Pero ahí me encontraba, con solo la vida de los elementos materiales, y fue ahí en ese entonces cuando un eco exclamaba: A-MAR-NA, en repetidas ocasiones, hasta oír el ruido de cientos de avispas formando una nube que cubría la luz de la luna, y aquella presencia que sin decirme nada y seguramente me había transportado a esta época tan singular, se aparece con intenciones de atacarme, solo repitiendo Amarna, Amarna, yo intenté como podía moverme, pero sus brazos se estiraban y de las sombras se expandían hasta atraparme, era mi hora, pero recordaba que me encontraba acostado en el mar muerto, y que no sé que más y esto porqué. Fue mi culpa, porque invocar a un demonio y no a un dios.

Esa entidad al capturarme comenzó a extraer toda mi sangre, mi cuerpo rápidamente se iba debilitando, sentía como mi grasa se iba transformando en sudor en cuestión de segundos, y sin embargo seguía siendo un gordo obeso, hasta que por fin, en un suspiro me sentí morir. Pero pude estar y dentro de aquellos insectos unidos para formar un solo ser, me sentía separado de mí, como todas mis células de sangre separadas una de otra y se afirmaban, se contactaban, ya había perdido aquí.

Fue solo que todas las avispas explotaron y mi sangre en forma de esferas separadas una de otra, en el aire, volvieron a unirse, como bajando hacia el firmamento de la tierra, dentro de la ciudad. Al descender y al ir recuperando mi forma física, cubierto de sangre, manchada de otras tantas que anteriormente seguro habÌan sido consumidas por dicha entidad, tome un ropaje que ahí encontré y un par de sandalias para ir caminando; sin armas, en busca del significado sobre una palabra que retumbaba dentro de mi cabeza; Zend-Daschta.

Desafortunadamente no me había dado cuenta que aquella entidad seguía con vida y me toma del pie, solo para decirme: -Si no eres feliz, para que vives!...­Me lo dijo bruscamente, no se si fue solo una pregunta o algo para reflexionar, fue mi problema haberlo entendido de esa manera, solo que antes de pudrirse frente a mis ojos en delirios le oí repetir la palabra de Ormuz, incontables de veces, incluso mientras me alejaba de ahí por medio de los ventarrones de aire y arena.


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