Fijaremos
Ese mismo mar
que nos envolvió
cuando éramos infantes.
Nos haremos ser
con una calma suficiente
para no precisar
más que lo que nos regala
suficiencia y bondad.
Nos ataremos
a los elementos que destilan
la paz soñada,
que se hará realidad
por ambos, juntos
hasta un fin que comienza.
Nos hemos despedido
del peso que nos lanza
a un fondo que no percibimos.
Nos queremos,
y eso nos basta.
Ya estamos más seguros.
Hemos asumido
que somos capaces
con una bondad reglada.
Los protocolos funcionan.
Alcanzaremos las opciones
con las que navegar
hacia las emociones
más sinceras y singulares.
Iremos contando
lo que nos vale la pena
con un trasiego de querencias
ante un destino sincero.
La existencia nos puede
contagiar de pensamientos
que nos expondrán a la felicidad.
Es hermoso.
Los iremos cogiendo.
Restauraremos la fase
de una niñez que sigue ahí.
Nos imaginamos bien,
y bien estamos.
No es aconsejable
que aceptemos una soledad
para la que no hay viajes
a partir de ahora
Lo hemos asumido
ante este mar
de los nuestros, apasionado,
tibio, frío y caluroso,
según las estaciones
en las que andamos.
Marcha bien.
Iremos subiendo
la dicha y sus consecuencias.
Nos queda todo.
Juan Tomás Frutos.
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