CUANDO ME DUELE EL ALMA ME HAGO POETA
Soy una vasija rota,
una torre derrumbada,
vivo en soledad forzosa,
en los escombros del mundo,
y me duele el alma, de melancolia,
de pena negra de lo que pudo ser y no ha sido.
Rodeado de sombras imprecisas,
de caos interior,
con el cuerpo encogido,
empujado por bostezos interminables,
entre lagrimas descontroladas.
Destrozado por la pena,
hundido en el abismo de las inmundicias,
abatido por el desprecio colectivo:
¡que asco de vida¡
El mundo se ha desmoronado,
miradas de desprecio,
indiferencias que matan,
todo es feo, siniestro y hostil a mi alrededor.
En mi cosmologia nihilista,
poblada de absolutos:
todo es nada,
todo es vacuo,
todo es vertiginoso
todo es efimero,
todo es mentira,
todo es hipocrita,
todo es teatral,
todo es absurdo,
todo es ficcion sentimental.
Me salva el cinismo,
la ironia facil del desengañado,
pero cuando vienen los fantasmas,
de la locura y de la muerte,
me entra el panico ancestral.
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