Imagínate que estás en una playa sin nadie. Imagínate que hace calor pero el sol no aprieta. Imagínate que vas con ropa ligera y sin zapatos. La arena es muy suave ¿la notas?, siéntela jugando con tus pies descalzos. Tranquilamente camina y siéntate cerca de la orilla y apoya tus brazos sobre tus rodillas. Te sientes muy bien y observa ahora las olas que chulas y que tranquilas van y vienen. Detén tu mirada en los diamantes de encima del agua que crea el sol al reflejarse en ella. Enfoca tu mirada en esos destellos. ¿Te gusta? Huele el olor a mar de verano y siente la brisa suave que te roza la cara. ¿ya?
Imagina ahora que eres invisible y nadie podría verte, aunque no hay nadie alrededor, es una playa solo para ti. Desnúdate y métete en el agua. Está templada, a tu temperatura deseada. Cómo más te gusta. Sientes mucha paz, solo se escuchan las olas, el viento y alguna gaviota. A continuación, haz todo lo que quieras hacer, eres libre, como el viento de verano sobre el mar y el cielo.
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