HUMANOID (parte 1 de 6)
Por Federico Rivolta
Enviado el 12/10/2019, clasificado en Ciencia ficción
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No importa la edad, sino la experiencia.
No somos presencia, somos energía.
No buscamos hechos carnales, sino intelectuales.
No somos personas, somos usuarios, no somos nadie.
EPISODIO I
ÚLTIMAS PALABRAS
Escribiré mis últimas palabras antes de perder las pocas facultades mentales que me quedan. No sé para qué lo hago; fueron tantas las cosas que quise en mi vida y que no obtuve, que ahora ya no sé ni lo que quiero.
Podrá parecer que escribí esto de corrido, pero al hacerlo sufriré de múltiples lagunas en las que no recordaré lo que estaba diciendo. Cuando eso me sucede debo leer desde un principio para retomar la idea, y la labor me cuesta diez veces lo que a una persona sana.
Mi nombre es Leonard. He olvidado mi apellido, a mi familia y a mis amigos. En mi mente, o disco rígido (como diría el malvado Dr. Juntz), solo tengo guardadas imágenes con rostros borrosos, sin rasgos de ningún tipo, y veo a los videos pixelados y sin sonido.
Muchos agradecieron a este maldito invento, pero yo fui de los que siempre sospecharon que este dispositivo terminaría llevando a la destrucción de la raza humana como la conocemos. Hablé con otros que pensaban lo mismo y comenzamos a organizarnos. Sabíamos que se trataba de una guerra que no podíamos ganar, pero el hecho de poder pelear por algo significa de algún modo que no todo está perdido.
Ya no recuerdo en dónde nos reuníamos ni con qué frecuencia; es más, ni siquiera recuerdo cuántos miembros llegamos a ser, pero sé que logramos descubrir varias señales de conspiración; señales que también he olvidado.
Hubo una época en la que pensamos en extraernos el dispositivo. Lo intentamos con uno de nuestros compañeros, pero luego de la cirugía quedó cuadripléjico y falleció pocos días después.
Una vez fuimos a buscar al Dr Juntz; creo que nuestra intención era secuestrarlo. Sin embargo, cuando lo vimos salir de su edificio, no lo reconocimos; en un instante nos habíamos olvidado de su apariencia. Nos miramos sin saber qué hacer mientras él subía a su automóvil sonriendo. No sé cómo sucedió, pero mis compañeros y yo nos vimos afectados a la vez por la misma laguna mental.
De pocas cosas estoy seguro, y esta es una de ellas: sé que él nos descubrió, y sé que fue él quien nos instaló este virus progresivo que destruye nuestros pensamientos.
CONTINÚA EN LA SEGUNDA PARTE...
https://www.cortorelatos.com/relato/36185/humanoid-parte-2-de-6/
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