Hay dos paradigmas para entender las relaciones de poder. El paradigma jurídico y el paradigma estratégico.
El paradigma jurídico es la manera mas clásica de entender el poder. El poder se puede poseer. Hay entonces personas que ejercen el poder, como dictadores, reyes absolutistas…El poder tiene un origen y por lo tanto un blanco al cual llegar, el pueblo. Un ejemplo claro son las leyes explicitas, por ejemplo: permiten o prohíben ciertas acciones, establecen los límites, se ejerce jerárquicamente desde arriba de la pirámide hacia abajo, por ejemplo, penar que un ciudadano de una etnia se case con un mismo ciudadano de otra etnia distinta, escribir contra el poder establecido... El poder controla el saber, quien tiene conocimiento controla y maneja el poder. El poder puede reprimir, excluir y clausura a quien no lo respeta, como ciertas dictaduras de países africanos lo hacen con personas como; opositores al régimen, personas pertenecientes a otras etnias, guerras de poder... que estando en peligro huyen a otros países. Existen seis formas de poder; legítimo, experto, coercitivo, información, recompensa y referente. En resumen, en este paradigma uno manda y ejerce el poder total y los demás obedecen. Hay empresas que todavía funcionan de esta manera.
El paradigma estratégico tiene un enfoque más moderno. El poder es la relación, no es algo que se tiene o se posee como menciona el paradigma jurídico en el que podríamos poner como ejemplo a Mobutu o Obiang como dictadores, sino que se ejerce, por lo tanto, no hay espacio ni relaciones sin poder, el poder no tiene un punto de origen es mas bien una red, podríamos poner a la Unión Europea como ejemplo. Tras la revolución francesa se produjo un cambio en los sistemas de gobierno y trajo el auge de las burocracias, en la que los ciudadanos pasamos a ser administrados y la vida paso a ser administrada por la administración. En este caso podríamos poner como ejemplo, como los refugiados son administrados y categorizados en un campo y quien ejerce el poder de administración es ACNUR. El poder ya no reprime, Sino que controla, vigila y gestiona. La UE gestiona las cuotas de refugiado para gestionar la entrada de refugiados, regula la información... El poder se ejerce de una manera mas amable, mas sutil, vendiendo la idea de que no reprime, construye.
El poder es la razón que ve, la razón que controla, la razón que domina. Esta razón que domina que instrumenta a los hombres, esta razón que incluso desarrolla las ciencias humanas, no para conocer al hombre mejor, sino para conocerlo y dominarlo mejor. El poder tiene una capacidad enorme de imponer la verdad, aunque podamos pensar que la verdad en realidad es única e inmutable. Tener gran parte de los medios de comunicación en manos de un poder, le permite a ese poder moldear las conciencias de los sujetos de una sociedad. Por medio de la revolución de la comunicación, los grandes medios condicionan, conforman las subjetividades de los receptores. Crea un enorme mundo de receptores de la verdad que emite ese inmenso poder comunicacional, tal como ocurrió con la crisis de los refugiados, por ejemplo, con la huida de los sirios en barcos, trenes... y ello produce un efecto inmediato en la opinión publica a favor o en contra que posteriormente será utilizado. Lo que se crea es un inmenso mundo de receptores de la verdad. El poder crea la verdad, por lo tanto, no existe la verdad, lo que existe es la interpretación de la verdad. El poder repite la verdad continuamente hasta que se cree, como hizo el gobierno de Mariano Rajoy mezclando los inmigrantes económicos con los refugiados o inoculando el miedo a la sociedad de que los refugiados eran terroristas. El hecho es algo terrible pero la interpretación de ese hecho es múltiple. Si hay interpretaciones entonces el poder tiene el poderío de imponer la suya. El poder es la capacidad de un determinado grupo de imponer su verdad como la verdad para todos, lo consigue teniendo el mayor numero de medios para comunicar.
Por ultimo y como reflexión, no hay que permitir que las categorías actuales limiten nuestro pensamiento, tal vez el poder político haga distinciones entre refugiados reales, migrantes irregulares etc. Pero nosotros no debemos percibir a esas personas como inferiores o pensar que sus experiencias son irreales, creo que deberíamos pensar que países que tratan con tanta insensibilidad a los refugiados pueden tratar a sus ciudadanos con parecida insensibilidad, pero con mayor sutileza.
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