F.R.A.G.M.E.N.T.A.R.I.A.
La vida
por su muerte
amada
del verde
a la ceniza
fragante frágil
fragmento fragoso.
¡Totalidad!.
De una astilla
fracción eterna
ambos...
Dónde...
Pasa la lluvia sin inmutarse
la estatua de la tarde
oxidada por el eclipse
que rescata la memoria
que reside sobre el viento
que pasa, se agrande, y se alarga
en las gotas si se tuercen
en las botas si se escogen
en el corazón de una cereza
en la minúscula manzana...
Como
las
burbujas
andando.
Resbalando el presente
arrastrando el pasado
futuro del humo
inclinado
en sí mismo
encendiendo obscuridades
despiadada luz
devorando
chispas...
Porqué...
Pasa, pasa y pesa.
Como el pez con red las uvas
y el espejo caza el reflejo.
¡Qué pregunta a la sombra furtiva!.
¿Porqué se aferra, luminosa?.
En la luz cuando reposa...
Allá por dónde el tiempo flota
y el instante arrastra sus pies,
lento, y nada quiere saber
de las sandalias gastadas,
ni de las piedras heridas,
ni de las nubes yertas,
ni del bastón del camino...
¡Paralítico!...
Porqué en la tormenta se nace viejo
con la tristeza en paraguas
por el cielo envenenado
por el suelo inundado
por las ausencias
olvidadas en los
abismos del
alma sola.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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