CONDESCENDIENTE
Tan poco verde como dulce es el mar,
en el hilo del hielo al fuego salado,
al recuerdo desnudando mariposas.
En el silencio de la esquina.
Oye al viento hijo.
Por ser tan gris donde se aferran,
y se desviven las nuevas nubes,
nieve naranja nave noble naipe.
En el silencio de la esquina.
Oye al viento hijo.
En el barro mirándole la espalda,
en la blanda codicia hecha virtud,
en la pérdida, en el llanto, en la noche.
Deja al vestir la izquierda diestra,
donde la música nace y muere...
En el silencio de la esquina.
Oye al viento hijo.
En el silencio de las hojas.
Mira el último perfume hijo.
Desnudando lágrimas al tiempo.
En el silencio de los hielos.
Palpa la primera música hijo.
En el silencio de las nubes.
Teje los sueños olvidados hijo.
Entre los ojos puros de tu vacío.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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