Allá las cabezas cósmicas - ( parte III )
Por Salazar
Enviado el 12/04/2012, clasificado en Ciencia ficción
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El vórtice seguía creciendo y mostraba manifestaciones de alerta ante la presencia de Jacobo quien al saber que no tiene posibilidad alguna ante dicho enemigo no le quedaba de otra más que seguir estudiando. Ya no podia mostrar simpatía ante el vórtice ya que lo atacó con cargas de energía muy agresivas, así que se alejó una vez más y más allá y de nuevo se fue a buscar materiales en planetas, en lunas, en estrellas, a buscar y encontrar manifestaciones en actos espaciales de choque de estrellas, destrucción y construcción de sistemas en proceso, destilación y extración de materia prima espacial y planetaria, se acercó a hoyos negros en donde en más de una ocasión estuvo a punto de perder la vida.
En ese momento se aventuró a dirigirse con toda la intención de darle fin a dicho encuentro de una buena vez y de forma vertiginosa se iba acercando más y más hacía el vórtice espacial. Y mientras más se acercaban se iba dando cuenta de que había millares de cabezas (naves espaciales) de antiguos compañeros dispersándose alrededor y haciéndose polvo frente a sus ojos. Su traje lo acopló de tal manera que conforme avanzaba iba absorbiendo y combinándose con la materia y antimateria de esa parte del universo. El vórtice lanzando sus rayos iba despedazando el cuerpo de Jacobo hasta dejarlo en forma de un solo átomo y nuevamente dando paso a su regeneración inmediata y una extensa gama de energía nutria a Jacobo entonces, los rayos del vórtice se volvieron uno con Jacobo hasta que fue absorbido por el vórtice. Al entrar fue completamente despedazado y su átomo se dividió en miles de partes, siendo arrasado casi a la misma velocidad en que seguía regenerándose. Analizando el interior del círculo gigante que seguía en expansión y las apariciones de ruidos aterrorizantes y ajenos a cualquier escucha jamás oidos. Hasta que el último átomo de Jacobo termina por ser suprimido y desaparece por completo.
Aparece una pantalla marcando resultados de dicho experimento. En el interior de la cabeza estaba Jacobo y sus ojos hacian ya tiempo que habían dejado de estar dilatados. Y es que las muestras del clon cyborg que tanto tiempo le había costado hacer fueron insuficientes debido a ello. El asunto aquí fue que tuvo que crearse un clon con su cerebro original y en el cuerpo actual en el que está su cerebro es; aunque orgánico, tan solo una copia de su cerebro real. Sigue la constante en su cabeza de que sea una tangente en el tiempo y sea el quien ha provocado todo, pero de nuevo vuelve a lo que pensó y posteriormente realizó sobre la fusión con el planeta de bacterias hace tiempo y que nada ocurrió.
Sin razón alguna el vórtice comienza a absorber a gran escala atrayendo basura espacial y otros compuestos hacía él mismo. Entonces algo choca contra la cabeza de Jacobo, fue otra cabeza, de aspecto femenino. Luego de examinarlo desde fuera comienza a darse cuenta que la cabeza le marca respuestas de vida alrededor del vórtice en otras formas, otras cabezas distantes y muy alejadas que no pueden verse pero ahí están, no solo miles sino miles de millones, rodeando el vórtice, aquí ya nada más desea adivinar y cree en que el vórtice es un poder natural del espacio exterior, tal vez una inestabilidad coherente. Afuera en su cabeza la mujer despierta, hace una llamada para comunicarse con Jacobo dentro de la nave solo para informarle que la humanidad entera ha sido erradicada y que por alguna razón ella ha sobrevivido, que no se sabe.
El vórtice deja de absorber materia espacial y entonces comienza a emanar y destilar fuertes cargas de energía de luz que aparentemente son inofensivas pero causan cierto grado de destrucción en cierta forma. Entonces, en la situación crítica, Jacobo sale de su cabeza para entrar al espacio y saca a la mujer de la cabeza en la que está dentro.
José Abel Salazar.
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