DRÁCULA, ENTRE NOSOTROS 1
Por franciscomiralles
Enviado el 29/10/2019, clasificado en Reflexiones
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Es curiosa la atención que me produjo el personaje literario Drácula creado en el año 1896 por el escritor irlandés Bram Stoker, cuando lo vi por primera vez en mi adolescencia en una adaptación para la pantalla en un cine de sesión contínua en el barrio barcelonés donde yo vivía.
Sucede que el "Señor de las tinieblas" tras volar por los aires en forma de murciélago, irrumpe por la ventana en una habitación de una mansión en la que duerme plácidamente una bella doncella en su cama. De súbito ella se despierta, y el vampiro sin andarse por las ramas le lanza una mirada penetrante, dominante en la que va implícito un magnetismo hipnótico, y la fémina completamente fascinada por la presencia majestuosa de aquel ente le ofrece generosamente sus pechos semidesnudos, y acto seguido éste le muerde la yugular y le succiona la sangre convirtiéndola así en otra vampira que estará sometida a sus órdenes por lo que su alma no podrá reposar en paz.
Por lo que he podido ver a pie de calle aún hay algunos sujetos prepotentes quienes con esta actitud de dominio y una mirada de perdonavidas atraen a muchas mujeres incautas que malinterpretan dicha postura altanera por una fortaleza de ánimo protector y quedan a merced de la inestabilidad emocional de esos tipos.
Confieso que a mi como me gustaba la estética del Conde Drácula - sobre todo su indumentaria- también quise ensayar esta mirada penerante con algunas mujeres para que se rindieran a mis pies, pero no me salió bien ya que ahora ellas no se impresionan tan facilmente como antaño.
¿Pero por qué llama tanto la atención en la sociedad el Conde Drácula?
De hecho, desde tiempos inmemoriales la muerte siempre ha constituido un misterio que ha dado lugar a una serie de especulaciones envueltas en la mitología según la cultura de un pueblo, y matizada de superstición. Por tanto la creencia en los vampiros está muy presente en el folclore de muchos campesinos de las zonas rurales de Rumanía.
Sin duda, el médico y escritor del Romanticismoi William Polidori se inspiró en dichas leyendas de los "no vivos" para escribir su novela VAMPIRO. Pero la creación definitiva de este singular personaje fue DRÁCULA del que se dice que su autor se inspiró en un rey rumano medieval del siglo Xll que luchó contra los turcos, llamado Vlad el Empalador, el cual fue célebre por su crueldad al empalar en vida a sus enemigos en los muros de su castillo.
Sin embargo es sabido que en la Edad Media el contexto social de la época en función de una rusticidad anímica era muy cruel y despiadado con quienes consideraba que eran sus enemigos. Por mucho que admiremos a nuestros monarcas o gobernantes de aquel lejano ayer si pudiésemos viajar en el tiempo hasta en aquel entonces, al ver de que éstos eran capaces de torturar y de matar sin pestañear a quien fuese se nos pondría los pelos de punta. La verdad fue que el escritor Bram Stoker sólo se inspiró muy ligeramente de aquel rey rumano. Lo tomó como un punto de partida y nada más.
Debido a la fascinación que ha suscitado en mucha gente EL CONDE DRÁCULA se ha abordado el fenómeno del vampirismo desde un punto de vista físico y científico. Es evidente que quien sufre esta enfermedad tiene una disfunción tanto biológica como psíquica que afecta incluso a su sexo. En realidad el sujeto padece una gravísima esquizofrenia, que es la roptura del YO, y una parte del mismo asume una ficticia personalidad.
Recuerdo que cuando estudiaba en una escuela de psicología y parapsicología las enfermedades mentales, tuve la oportunidad de ver un vídeo en el que salía un pobre hombre esquizofrénico de Navarra el cual se "transformaba" en este caso en un licántropo, y fue algo aterrador. Pues en él se posesionaba de una manera explícita el referente del lobo.
El Conde Drácula es asimismo un símbolo que ha estado asociado con los terratenientes mediavales quienes abusaban de los campesinos en sus feudos, hasta dejarlos "sin sangre" que es el elemento más vital que tenemos, pero que por supuesto esta metáfora es una forma de hablar para referirse a que el señor feudal les roba hasta lo más preciado de la existencia.
En la cuidada realización de la película DRÁCULA del estupendo director cinematográfico Francis Ford Cópola, el vampiro que antes era un buen señor, pero que por culpa del clero ortodoxo de su país que asesina a su mujer amada y en consecuencia él se convierte en una especie de alma errante capaz de hacer cualquier fechoría, es un añadido romántico del guionista del film para justificar el mal comportamiento del vampiro. Mas esto no aparece en la novela original. El "Señor de las tinieblas" es un sujeto tremendamente egoísta que disfruta destruyendo a quien sea para alcanzar sus objetivos. Es lo que se llama un personaje-araña que no vive ni deja vivir a los demás.
Esta negativa manera de ser, está contemplada en la filosofía Espiritista instaurada por su fundador Allan Kardek en el año 1849, según la cual hay espíritus de personas fallecidas - pues en la Naturaleza nada se pierde del todo-, que son muy negativas y que al tener envidia de la ilusión de vivir de los que todavía están en este mundo, tratan de perjudicarles tanto como pueden mediante depresiones mentales o pesadillas nocturnas como los vampiros al succionar la sangre de sus víctimas.
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