DRÁCULA, ENTRE NOSOTROS 2
Por franciscomiralles
Enviado el 29/10/2019, clasificado en Reflexiones
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Claro que como el símbolo de Drácula pertenece a la puritana y sexualmente reprimida cultura victoriana, ya que todo el mundo es hijo del contexto histórico que le ha tocado vivir, el vampiro en cuestión trata por todos los medios de desmontar esta rigidez puritana en las damas de su época despertándoles un inusitado erotismo. ¡Y en este punto sí que estoy de su parte! Mas fatalmente el oponente y bienpensante de Drácula llamado Van Helsing que siempre está al acecho para que no se desmorone el hipócrita sistema puritano de aquella sociedad y vuelvan a imperar las "buenas costumbres" como no, acaba destruyendo al vampiro.
En la actualidad, un descendiente de Bram Stoker al ser preguntado si creía que hoy en día podría haber alguien como Drácula dijo rotundamente que no. Naturalmente si a un personaje de ficción, o a una fábula la contemplamos de un modo aparente, superficial, y en un sentido literal como solemos hacer frívolamente con el ambiente que nos rodea sin querer leer entrelíneas, sólo veremos que lo que se nos narra es solo fantasía, que el cuento en sí mismo no coincide con la realidad.
Pero no hay que olvidar que muchos símbolos, al igual que los mitos encieran algo de verdad. Así que Drácula sigue estando entre nosotros. ¿Y cómo pude ser esto? ¿Quién es ese nuevo Drácula?
Pues ni más ni menos que la gente tóxica que existe, y puede estar en nuestra propia familia. Pero precisamente por ser nuestros allegados decimos eufemísticamente que Fulano "tienen mal carácter". o "es que tal sujeto es exigente".
En esencia, las personas tóxicas no sienten ninguna empatía con nadie, y anhelan manipular al prójimo para tenerle dominado. Por otro lado saben hacerse las víctimas para suscitar compasión y seguir haciendo de las suyas. Asimismo son muy hábiles en destruir el amor propio que alguien pueda tener, a base de peyorativas críticas; sobre todo inflando los defectos de quien tienen al lado, fomentándole un agudo sentimiento de culpa, y sometiendo constantemente a éste al chantaje emocional o sexual.
Por todo ello, quien tropieza con un tipo tóxico al cabo de unos días notará una pesadumbre anímica. Pues ésta persona vampira, o araña le está succionado su espontánedad, su instinto vital.
Y como el "vampiro" sigue viviendo entre nosotros, sugiero al amable lector que se fije atentamente en quien tiene al lado por lo que pueda pasar.
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