BÁLSAMO POLÉMICO
Sueño matar al único ropero,
con los íntimos cantos del cepillo,
en el perfume de místicas flores,
y convertir mil mieles en vapores,
en plácido rincón de duro fruto.
Al rehusar al truhán…
Puede que acabe la madeja ligera,
del dibujarlo gélido, siempre ardido,
con el estrépito del vértigo decrépito,
desayunando sol y luna nueva.
¡Ni pensarlo!
Una mirada roja solo significa menos llanto.
En los ojos del arroyo que se seca,
y sobre el coto del bosque se asoman,
lejanías, estropeadas y deslustradas.
Donde estorban, torpes,
un tímido animal y luceros tardíos,
yacen por el suelo las últimas campanas,
y los oscuros suspiros de una lanza.
El fuego es inmortal, la caverna inerte,
ni teme la sombra ni la invita.
Son sus pestañas espuelas de congojas,
y la razón interior viajera,
de miel helada que el sol inventa.
Porque sereno y granítico,
implora humilde el caracol marino,
al silencio que teje la serpiente,
perseguida por grillos y palomas.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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