Te cuento que el día
es nuestro,
tuyo y mío, enteramente.
Hemos forjado unidad.
Nos amamos
como adolescentes.
Seguimos la crianza
con una misión
que llena el corazón.
Capitalizamos
enseres y conocimientos
para generar algo más.
Nos brindamos
un tono especial y hechicero.
Nos imaginamos.
Repasamos las diversas opciones.
Son muchas.
Aprobamos con ilusión.
Nos entrenamos
con deseos y reglas
que nos dirigen al éxito.
Nos equipamos.
Nos programamos
para que todo funcione
como debe.
Atajamos los problemas.
Tenemos en cuenta
provechosas líneas maestras.
Nos identificamos.
Los hechos experimentados y por aparecer
son buenos.
Nos preparamos con intensidad.
Somos conscientes
del peligro del amor.
Nos clasificamos entre espejos
y progresamos en bondad.
Aparecemos
con previsiones que se cumplen
en su lado más honroso.
Nos necesitamos.
Estamos en la dificultad,
en una encrucijada maravillosa,
que no permite
discusiones inútiles.
Poco a poco damos
con los efectos más reales.
Nos implicamos en positivo.
Nos prometemos.
Lo hacemos desde la confianza
de una alegría
que nos surtirá de pasión
por vivir.
Hemos almacenado paciencia,
y con ella seguimos
en pos de una formación
que se apoya en el entretenimiento.
Pensamos en el futuro.
Con los estándares más nivelados
ese porvenir será brillante, suave,
y con unos valores hermosos
que construirán
lo mejor de lo mejor.
Juan Tomás Frutos.
Comentarios
COMENTAR
¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales