Mi inolvidable M

Qué ganas de llorarte como se debe, cómo el desamor lo amerita.

Pero debo andarme a medias y en silencio porque se supone que le pertenezco a alguien.

Se supone que soy de lo más feliz con mi pareja y en efecto lo soy; pero tú, mi tentación, me orillas a buscarte aun cuando nada me falta. Bueno, nada más me faltas tú.

Tú y tus ojos cafés; tú y tus sonrisas descaradas; tú y tus ademanes. Todo de ti me falta.

Te mereces a alguien que te quiera todo el tiempo, sin condición.

No creas que no me duele decirte adiós en este punto, cuando todo comienza a crecer y a hacerse más fuerte, pero vamos, es lo mejor.

Nadie lo va a entender, si nos queremos, entonces ¿Por qué no estamos juntos?

Mi amor, desde el inicio fue un error darle rienda suelta a mis sentimientos por ti cuando ya había alguien en mi vida.

Pese a todo, pese a que yo hice cosas que no debí... pese a que engañé y jugué sucio, no me arrepiento ni un segundo de los momentos en que cedí a mis debilidades contigo.

Le fallé a alguien que me ama y confía en mí.

Me fallé a mí misma y a mis ideales.

Pero sobre todo, te fallé a ti porque, aunque siempre dejé en claro que no podíamos tener nada más lejos de un amorío secreto, creo que en tu corazón se sembró la esperanza de que un día dejaría todo para estar sólo contigo.

Ya ni pedir perdón es prudente...

Así que me quedo contigo como mi más grande secreto.