Besándose
El amor se enamoró de la seda fina,
hilando, hilando… El agua de un lago.
¡Al besar la voz del viento!.
En un recuerdo… Al mirarlo,
escribió suspirando,
al áureo fruto… En la sonrisa,
del tiempo.
¡Blanca nieve!.
En la lluvia de los sueños, nubes rosas.
En los cabellos, polen de las pupilas.
El Amor se enamoró, de un lago de viento.
El amor, estremecido,
transparente, en la quietud…
¡Fácil mudanza!.
Encendiendo una manzana,
al fuego de la más leve centella,
en la humedad, desnuda, luego.
¡Frente al tiempo, del reloj, frágil!.
Al verdor, mortal, de la miseria,
es el amor, guardado,
en el capullo, de la seda… ¡Al secarse!.
El amor… Del tiempo,
hilando lágrimas,
al vapor de los recuerdos,
hielos, lagos olvidados, alguna vez renacen.
Donde está…
¡El amor durmiendo, al áureo fruto de una sonrisa!.
Y luego…
La voz del viento besa, al regresar.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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