EL VENENO DULCE
Lanzando al cuerpo.
El placer enfermo.
El Veneno Dulce.
¡La sed del firmamento!.
Con la fuerza, indiferente, burdamente.
¡Sin el límite del calor de los rechazos!.
¡Quedan, quedan, los palacios agotados!.
Dejando las coronas, creadoras, vacías, muy vacías.
Con el recurso del recuerdo anticipado, dulcemente.
¡Oh!__Dulce es, ese veneno del olvido.
Del tiempo con el domicilio intolerable.
¡La música, esperando, respirar!.
El húmedo terreno, espléndido desierto.
Al calor del hielo, bajo el zapato.
¡Del alba impetuosa!___¡Siente anublado!.
Con el albedrío, del alarido, alborotado.
¡Confín, estrecho y obstinado!.
Dulce, dulce, es el veneno olvidado.
Enferma la nube, del azucarado nácar.
En la piel del susurro del camino.
En el dulce, dulce, no pensarlo.
¡Al pescador campestre, con espejismos!.
Del sueño, envenenado dulcemente, amor fugaz.
Bebiendo al incienso apenas, dorado en ceniza.
Con el dulce veneno.
Al sosiego, un capullo virginal, centinela.
¡Del mástil volcánico, en latas caballerete!.
Forastero de fragata fácil tilda al tiesto.
¡Del encuentro aprisionado!.
Dulce al cuerpo, envenenado, sin sentirlo.
Veneno, veneno, dulce, ya olvidado.
Pierde al paraíso a cada instante.
¡Al tejer sin orden ardientes olas!.
¡Al desdeñar, las velas, una flama!.
La sed atravesando..
La tormenta amando
¡Dulcemente al laberinto!.
Lanzando exuberante todo aliento.
Autor: Joel Fortunato Reyes Perez
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