El comienzo de una nueva vida( parte 1)

Dicen, que para empezar una nueva vida, se necesita dejarlo todo y comenzar en otro lugar. Cogiendo ese consejo, he decido ir a la gran ciudad, ya que todo lo que me retenía de mi antiguo hogar, ha desaparecido con mi hermana pequeña. Hace ya dos semanas que mi hermana murió por su enfermedad, no podía permanecer más en ese sitio, todo me recordaba a ella, cada esquina, cada lugar, cada momento que pasaba me recomía por dentro, como si fuera un parasito decidido a exterminar mi vida segundo a segundo. Mi hermana murió justo el día en el que se celebró el ascenso al reinado  por parte de Luis XVI. Fue un día de fiesta y celebración para las personas que creían que el ascenso de un rey inexperto, sin ninguna cualidad para gobernar una tierra  machacada por la miseria, las guerras y el descontentó, traería un futuro próspero, a manos de un niño manipulado por los nobles. Pero no fue un día de celebración para todos, personas coherentes, que no se dejan engañar fácilmente, saben que el reinado de Luis XVI  traerá un futuro negro, lúgubre  y sin ninguna esperanza, para todos aquellos habitantes afectados por las guerras y consumidas por el hambre.  Para evitar ese futuro,  las personas tendrían que cambiar de mentalidad por si mismas, que apareciese una persona que grite “HASTA AQUÍ EMOS LLEGADO”, un suceso que hiciera levantarse a las personas marginadas por la sociedad. Pero para que todo aquello funcionara, se necesitaría una cosa fundamental, un “símbolo”, que demuestre la fuerza de la esperanza del ser humano, con el objetivo de cambiar, a un mundo mejor.

-Preparaos, ya casi hemos llegado –dijo el conductor del carro mientras señala los primeros edificios que son bañados por los rayos del amanecer de un nuevo día-.

  Llevo dos días de viaje en el mismo carro y conozco la historia de cada uno de los pasajeros, casi todos intentan ganar dinero, otros conseguir fama como músicos o actores. Muy pocos, al igual que yo, intentan alejarse de los fantasmas de su pasado, pero saben que no se puede huir de ellos, por alguna razón, te encuentran, y te llevan de nuevo a las tinieblas donde luchas para escapar, una y otra vez, para torturarte con el fin de recordarte porque estas estas huyendo de tus propios sentimientos.

Miro la ciudad sabiendo que es mi única oportunidad para escapar de mi antigua vida, meto la mano en el bolsillo y saco el ultimo recuerdo que me queda de mi hermana, una cinta que usaba para el pelo, me la ato en el brazo y siento que estoy preparado para comenzar mi nueva vida.

Por fin llego a mi destino, París.