¿EXISTE EL MÁS ALLA? 1
Por franciscomiralles
Enviado el 02/12/2019, clasificado en Reflexiones
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Cuando yo tenía aproximadamente unos veinte años, en la finca rural de árboles frutales que mi familia tenía en Lérida - una provincia cercana a Barcelona-, una noche tuve un sueño desgarrador.
"Yo voy por un largo pasillo de una casa, en el fondo del cual hay una habitación. Una vez que me he adentrado en su interior, veo que en el centro de la misma hay un ataúd en el que yace mi joven madre muerta".
Lo singular de aquel terrible sueño es que era de una nitidez abrumadora, las imágenes eran muy explícitas. Parecía que desde una invisible dimensión se me avisara de lo que iba a ocurrir, como realmente así sucedió. Un tiempo después mi madre murió de una mala enfermedad. Mas según mi manera de pensar racionalista, el inconsciente de mi madre captó su estado fisiológico, puesto que la mente y el cuerpo forman una unidad, y como entre los dos había muy buena sintonía ella me traspasó a mí dicha información de forma telepática.
Entonces, debido a aquel especial suceso, al preguntarme si realmente se podía esperar que hubiese otra vida después de esta; o un algo más sutil que lo puramente materialo o biológico, decidí estudiar psicología y parapsicología respectivamente en una acreditada escuela.
De manera que a mediados de los años 90 conocí en aquel centro a un grupo de personas, muchas de las cuales eran muy sensibles, por lo que de vez en cuando practicaban el Espiritismo.
Así que un día fuismos de excursión en un autocar a un pintoresco pueblo del Vallés Oriental, que es una zona montañosa y rodeada de pinos de Cataluña, y al llegar la hora de almorzar nos detuvimos en un sencillo restaurante a saborear una excelente cocina del lugar.
Posteriormente al salir al exterior como enseguida empezó a llover nos refugiamos en una casa que estaba en contrucción; y como durante en el viaje a aquel sitio una parte del grupo no cesaba de hablar del tema espiritista, ya que venía con nosotros un matrimonio de medina edad al que se le había muerto un hijo en un accidente de moto, y la mujer se negaba a que su chico hubiese desaparecido radicalmente por lo que ella aseguraba que el espíritu del finado no dejaba de manifestarse sea en sueños o en cualquir rincón de la casa; es decir que el grupo que no dejaba de acariciar el mito, la doctrina metapsíquica, de súbito aquella mujer de buena fe entró en trance con los ojos cerrados; adquirió naturaleza de "médium", que es una persona mediadora entre nuestro mundo material y el metafísico, en el que se le posesiona la supuesta alma de otra entidad, y ella expresó como si fuese otra personalidad que era el espíritu de un hombre del pueblo a quien habían fusilado los fascistas después de la Guerra Civil en aquel mismo rincón.
Sin embargo a mi aquella espontánea sesión espiritista no me convenció en absoluto; no me pareció verosímil porque la supuesta alma en pena del hombre fusilado no aportó ningún dato significativo que se pudiera comprobar, por ejemplo preguntando a los habitantes de la villa sobre aquel suceso. Para mi aquella médium seguía echando leña al fuego de su creencia espiritista valiéndose de una simulación inconsciente, para seguir manteniendo la esperanza de que su hijo vivía de otra forma en otra dimensión espacio-temporal.
Si bien es cierto que el medio rural estimula el área sensorial de un sujeto hipersensible y pueda percibir cosas que una persona más racional, más calculadora no las nota, no hay que pensar por ello que a dicho ser sensible la información que le viene a la mente tenga que ver con una inspiración divina. Muy al contrario. Su "conocimiento sensitivo" surge a partir de un estrés existencial muy acentuado, muy específico como consecuencia de familias rotas, de relaciones sentimentales fallidas, de muertes repentinas de personas queridas. En suma, de la soledad; claro que ésto no se dice, no se explica porque no suena bien. Como por otra parte tampoco debemos pensar que el hecho de soñar a un familiar fallecido quiera decir que su alma se manifireste realmente en nuestro subconsciente; aunque en algunos casos puede ser que sí. Pero en general, nosotros añoramos a dicha persona fallecida, y en sueños evocamos su presencia.
La negativa opinión que me mereció aquella médium, se la comenté a mi estupendo profesor de Física Teórica y de Biología de la Universidad Autónoma de Barcelona llamado Sinesio Darnell, que era un hombre de recia complexión y con una perilla, quien además de su vida docente en la facultad, y haber escrito algunos libros, se dedicaba a investigar sobre el tema paranormal; por lo que en su casa tenía un laboratorio donde analizaba toda suerte de psicofonías, y psicoimágenes que son voces misteriosas grabadas en un magnetófono de personas que ya no están aquí; o de imágenes en cintas de filmar proyectadas a continuación en un viejo televisor. Y en este tipo de investigación tecnológica se requiere tener mucha paciencia, ya que se trata de captar lo más sutil y escurridizo de la Nauraleza como es la especial energía de la que estamos hechos según la concepción estructural de la materia.
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