La situación cap 4-1

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La situación cap. 4 "el final inesperado, esperado" 

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Aclaratoria: a pesar de que siento de cierta manera de que podía haber dado más para este última parte, tomé la decisión de dejarlo aquí pues muchas veces quedamos inconformes con lo que hacemos pero si esperara a terminarlo completamente probablemente nunca lo publicaría.

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La verdad el camino se le hizo corto, ya tenía muchas cosas pasando en su cabeza que no sabía a cualquier poner atención.

Llegaron a un sitio que él conocía de hace mucho, lo conocía de lejos, de pasadas en el camino mientras conducía pero que nunca tuvo la oportunidad de conocerlo realmente, de conocerlo realizando o usándolo para su fin.

Entraron rápidamente en el vehículo al sitio, y a pesar de el no saber claramente que pasaba por su mente algo era cierto, y era que ya estaban allí.

Se acercaron a la caja registradora, cruzaron pocas palabras con la cajera, pagaron la habitación, tercero piso y empezaron a subir.

La habitación era un poco pequeña, pero tenía todo lo necesario para poder experimentar lo que deseaban; recién llegaron ella se acomodó y se postró sobre la cama justo antes que él, como llamándolo, diciéndole "estoy lista ya me tienes aquí, ¿qué harás al respecto?”, el dejo su maletín a un costado de la cama y le dijo que tomaría un baño mientras recordaba la imaginación o pensamiento que había tenido anteriormente con ello.

Ella respondió con un simple "vale", mientras quitaba sus medias de sus pequeños pies.

El quito su jean con mucha vergüenza a pesar de que sabía que tenía otra pantaloneta corta debajo, el hacer ese tipo de acciones solo le hacía pensar en cómo sería desnudarse frente a ella y desnudarla también.

Él Tomó una de esas toallas que ofrece en esos sitios en cada habitación, camino al baño que estaba justo al lado para buscar la ducha y noto que aquel baño no tenía puerta, claro por obvias razones por el cual está destinado el sitio.

Puso la toalla encima del váter, y empezó a quitar sus prendas, empezó por su camisa mientras dejaba ese pecho escuálido al aire mientras se observaba a sí mismo y se preguntaba cómo se fijarían en alguien como él.

Luego quito su pantaloneta corta, mientras quedaba en ropa interior y seguía teniendo delirios de que tal vez la curiosidad de ella por saber cómo era él la haría entrar a tomarlo desprevenido pero esperado a la vez en esa situación, eso lo hacía pensar un poco en el morbo y la perversión del momento, mientras notaba como en su ropa interior empezaban a verse reflejados todos esos pensamientos de una manera física en una erección.

Respiro profundamente, "todo saldrá bien" se dijo a sí mismo luego de un pequeño suspiro y quitaba su última prenda dejando ver a sus propios ojos esa erección que tenía.

Entró a la ducha para proceder a bañarse y procurar nuevamente que no quedara sitio sin lavar, pues él era parte del plato, un plato mutuo de lo que podría suceder en ese instante y quería estar completamente pulcro, inmaculado y puro para que ambos tuvieran una buena "cena".

Terminó su baño caliente, lo cual le ayudó a calmarse un poco, salió de la ducha y empezó a vestirse nuevamente pensando en lo que era un contradictorio en ese tipo de situación, a lo que habían venido, en cómo estaba el, y aun así se vestía nuevamente para poder empezar ese curioso y placentero ritual de baile entre cuerpos, deseos, caricias, roces, miradas y no miradas en la cama.

Salió ya del baño, con su cabello mojado y haciendo bromas de unas pequeñas pantuflas desechables que encontró en el baño para cuando sales de la ducha, todo esto con la idea de romper el hielo y poder hacer un poco más amena y menos tensa la situación, claro que era de esa tensión buena, esa tensión que sientes justo antes de recibir una buena noticia, de recibir el obsequio que deseas, o del primer beso qué tuviste, esa tensión agradablemente incomoda.

El procedió a recostarse en la cama junto con ella sin saber cómo iniciar la acción, se recostó en uno de los lados de la cama y apagaron la luz blanca por una que era azul pues la habitación tenía esas opciones, así fue como inicio todo, ambos acostados en esa cama que parecía demasiado grande para lograr la cercanía que deseaban, mientras tanto ella se recostó en su pecho tratando de dar a entender que todo estaba bien, que podrían detenerse en cualquier momento si él así lo deseaba.

Pero algo era claro, ya estábamos miles de kilómetros del momento en que podían dar un paso atrás, las ruedas de la aventura, lo prohibido, el pecado y lo moralmente incorrecto ya estaban girando.

Se miraron fijamente por un momento a los ojos mientras ella tenía una de sus piernas sobre él, sobre ese escuálido cuerpo de él, logrando ver claramente el contraste entre su belleza y algo un poco peor por parte de él, pues en ese momento ella podía opacar a cualquiera y cualquier persona.

La mirada de ambos no se sabe realmente cuanto duró, tampoco quien inició y quien cedió, sólo sabían que de un momento a otro empezaron a besarse, si por fin lo hicieron.

 Lo hicieron con miedo, con temor, con mucha pasión, sus labios se fueron rozando cada vez más, sus lenguas se entrelazaban con la perfección de la última pieza de un rompecabezas, y sus labios se humedecían con la saliva del otro como si de una fuente de vida se tratara. 

Esa lengua... Dios esa lengua se movía dentro de él queriendo explorar, buscando y disfrutando lo prohibido de ese instante, de ese momento.

El movía torpemente sus manos tratando de acariciar correctamente esa figura perfecta, intensificando sus besos a la vez que apretaba su cuerpo como queriendo exprimir cada gota de esa poción que brotaba de sus labios carnosos.

La tomó de sus hombros para girarla sobre la cama y se puso sobre ella intentando dominar una situación que simplemente no controlaba, mientras bajaba besando su cuello largo, bajando por el hasta ese espacio entre sus hombros y pechos, dándole a ella la señal de que se deshiciera de su inservible blusa que interrumpía su camino, quedando allí con un brasier discreto con un seguro de mil dígitos.

 


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