Hay Que Disfrutar Cada Momento

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Antes yo no era así, si bien nunca me tiré a la perdición, sí era un tanto irresponsable en mis cosas. Pero últimamente me he dado cuenta que ahora es todavía más difícil disfrutar cada momento, porque si estas en una fiesta y tu mejor amigo o amiga se encuentra en otra, te está mandado WhatsApp diciéndote vente, acá esta bueno el ambiente, entonces tienes que ponerte a considerar el tiempo de traslado, el horario, a qué horas se acaba el evento, si tú también te vas a divertir o solo va a ser una pérdida de tiempo, durante la ida, no vas a estar ni aquí ni allá, solo en el carro, además si tomaste algo y te multan, te arriesgas demasiado, son muchos supuestos, mejor quedarte y disfrutar en donde estás, que al fin de cuentas… ya estás allí.

A veces pienso que no se disfrutar el momento, quiero estar en otro instante de mi vida, perdiendo la oportunidad de aprovechar el presente, recuerdo que de chico siempre surgía la frase cuando sea grande voy a hacer esto o lo otro, cuando sea grande me voy a comprar esto o lo otro, cuando sea grande no voy a tener que estudiar, ni a tener exámenes, cuando sea grande voy a tener una novia, cuando sea grande voy a ir de viaje a todos lados. Total, no estaba a gusto en mi momento de niño, porque quería hacer otras cosas ya de grande, mi mamá de repente me decía es mejor ser niño porque no tienes tantas responsabilidades como los adultos, palabras sabias, quizás no me lo decía tanto para oírme, cuales eran mis aspiraciones o anhelos, y ella a la vez también soñar.

Caso típico, cuando estás en clases, pensar continuamente en lo divertida que es la convivencia con tus compañeros, los recreos que son todos una aventura diferente cada día, quieres estar de vacaciones para no asistir a la escuela, no valoras lo bueno que tiene el momento en que estás. Cuando llegan las vacaciones estás aburrido y sin saber qué hacer, te pasas pensando quiero entrar a clases para pasarla muy padre en la escuela con toda la raza, y no, no estoy loco, esto es muy común.

Cuando cursas la primaria, quieres pasar a secundaria para poder ir a la calle solo, sin la necesidad de ir con alguien mayor, buscas tu libertad, no depender de otra persona para poder moverte en la ciudad. Quieres ser adolecente para tener acceso a películas de otra clasificación, donde la trama tenga suspenso o terror, más divertidas que las de niño que más parecían cuentos. Usar la ropa que uno seleccione, no tener que usar igual a la de tu hermano mayor o menor, tú podrás elegir la combinación de la ropa que te guste, aunque algunas veces te dijeran que pareces caja fuerte, porque no te encontraban la combinación por ningún lado.

Al estar en secundaria, te gustaría mejor estar en la prepa para poder ir a las fiestas en la noche, en donde ponían música más romántica que se bailaba más cerca y amoroso, podías tocar la mano de la muchacha y no habría problema. El horario sería más flexible para entrar a la casa y quizás hasta poder manejar el carro que se usaba en la casa para hacer los mandados de mamá. Ir a cenar con amigos para conocer gente distinta, en esta edad podrías saludar de beso a las amigas aunque al principio parecía raro. Tenías la posibilidad de tener novia, ir a su casa a visitarla para platicar, o como decíamos, para checar.

Pronto llegas a la prepa, sin embargo ahora quieres estar en la universidad, para estudiar solo lo que te gusta, aunque no sepas ni qué carrera estudiar, porque en la facultad ya te consideran como grande por estar a punto de terminar tus estudios, tienes maestros que son ingenieros o licenciados, que los admira como profesionales y no como los que teníamos en los grados inferiores que solo era el profe. La universidad, aunque estudias con mayor intensidad, tienes fiestas frecuentemente y compromisos nocturnos. Mis papás recuerdo que ponían la regla de que solo podían salir una vez a la semana, que deberías de escoger  que día salir, para no quemar el cartucho.

Otro confirmación de querer estar donde no estas, ocurre cuando estudias la carrera, estas ansioso por salir, te sientes cansado de tantos años de escuela y quieres terminar con los exámenes, tienes ganas de vivir la vida laboral en donde te paguen por hacer los trabajos, tener los fines de semana más libres, sin la obligación de estudiar para el lunes o la entrega de trabajos, disfrutar la quemada de pestañas recibiendo buenas remuneraciones por el esfuerzo. Las quincenas comprarte la televisión, el carro nuevo, hacer viajes, quizás hasta una moto.

Al irte encarrilando en tu trabajo y si eres soltero, haber disfrutado de tus quincenas solo cuatro meses, y ya quieres cambiar tu status, ahora es tiempo de casarme para tener con quien disfrutar la vida, una persona que va a ser mi media naranja, mi complemento perfecto. Ya estuvo bueno de soltería, hay que buscar pareja porque todos se están casando, no me puedo quedar de solterón.

Encuentras a la persona a la que también le urgía casarse para ser feliz, te casas se divierten y viajan unos 6 meses, compran algunos muebles buenos y se comprometen con un crédito hipotecario por 30 años, el cual les quitara todo sobrante de ingreso para disfrutar, se tomó la decisión para tener una seguridad y un patrimonio, aunque comas frijoles con sardinas, pero hay que asegurar un techo primero. Casi inmediatamente después quieren tener hijos, son el propósito del matrimonio y deben de tenerlos, tenerlos por la necesidad de dar cariño, anhelamos tener bebes para volcar todo nuestro amor como pareja, algo que sería de los dos.

Luego te enfrentas a tener hijos adolescentes, que quieren estudiar en universidades costosas o irse a otra ciudad para buscar su carrera, son un gran problema y compromiso enorme, mejor que ya terminen de estudiar para liberarnos de los gastos escolares. Así como llegan los hijos, los compromisos crecen a la par como crecen ellos, sientes que te ahogas cada día que pasa, mejor quieres que crezcan para haber terminado con su educación y sus ocurrencias.

Tu trabajo es cada día más pesado, sientes que tienes mucho estrés y fatiga crónica, no disfrutas el trabajo a pesar de tener unos buenos compañeros que son muy divertidos, anhelas que llegue la jubilación para poder descansar. Tu cuerpo te pide auxilio, que debes disminuir el ritmo de tus actividades si quieres conservar la salud te dice tu yo interior.

No, ¿sabes? ya me arrepentí , me gustaría ser niño otra vez para solo levantarte, comer, estudiar un poco, jugar , ver la televisión, bañarte y dormir toda la noche sin preocupaciones, ¿para qué quería estar en otro momento siempre, sin gozar cada uno de los que iban pasando?  En lo que estoy trabajando es en la fórmula para lograrlo, si la encuentro, ya se los platicaré.


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