No te vayas de tu pueblo, le dice el padre al hijo,
aunque ya tu propia casa no te ofrezca a ti cobijo.
Para recuperar la estima necesito un tiempo nuevo,
Sin mis hijos, ni mi casa, estar vivo ya no es tan bueno.
Ella nunca te ha querido, no descubres nada nuevo,
y nosotros no hemos entrado en ese sucio juego.
Mi familia es lo primero, pero si ya no la tengo,
no quisiera yo sufrir a diario este descontento.
Los hijos son de ambos y la Ley así te ampara.
Dile eso a quien decide, dejándome a mi en la nada.
Nada malo nunca has hecho, recuérdalo cada mañana.
Y porqué me siento así, como roto, y se derrama.
Un Catálogo de penas no quiero que sea mi vida,
si mi mundo rompe el juez, sólo me queda la despedida.
No te vayas de tu pueblo, le dice el padre al hijo,
y no quedando más remedio, se feliz, yo te lo exijo
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