Una visión diferente del Gym
Por Julio
Enviado el 23/12/2019, clasificado en Adultos / eróticos
8478 visitas
Salgo de la sala de fitness. Cansado ya. Por el pasillo al vestuario me conecto a Skype y te llamo. Me respondes y apareces en mi pantalla del móvil. Te veo estupenda. Mientras voy andando vamos hablando. Me paro en unas sillas del pasillo. Charlamos y reímos. Se nos interrumpe la conexión y tras intentarlo varias veces sigue sin restablecerse. Tras un buen rato esperando me decido al final y me meto en el vestuario. Dejo el móvil apoyado en el banco mientras me voy desnudando. No me entero, pero resulta que se restablece la conexión. No te veo aparecer en pantalla. Algo sigue fallando. Pero tú sí que me ves. Mi cámara sigue funcionando. E inesperadamente te aparece un nuevo escenario conmigo en primer plano. Sin querer te conviertes en espectadora de primera línea de butacas de mi intimidad. Ves de fondo más chicos vistiéndose y desnudándose. Y a mí quitarme la camiseta sudada. Cada vez me va quedando menos ropa y vas viendo más partes de mi cuerpo al descubierto. Sonríes. Prestas atención. Empieza a gustarte lo que ves. Te das cuenta de que soy un actor sin saberlo. Me voy moviendo, agachándome... Mostrándome y exhibiéndome ante ti sin saberlo. Me quito el pantalón y el bóxer. Soy tu protagonista inconsciente. Observas mi cuerpo ya desnudo solo cubierto por el sudor del ejercicio. Te acomodas en tu silla contemplándome. Me ves cerrar la taquilla, coger el gel y la toalla e ir alejándome hacia el fondo de tu pantalla... Y de repente aparezco para coger el móvil olvidado. Ves a trozos el pavimento del vestuario provocado por los movimientos del brazo que sujeta el móvil.
Ahora me ves casi de cuerpo entero. Desde donde está colocado tienes una visión de nuevo privilegiada. Y de repente oscuro. El móvil ha caído boca abajo en la estantería de la ducha. Joder ahora que se ponía interesante. - piensas. Ignorante de mi entretenida actuación lo vuelvo a colocar vertical para alejarlo de las gotas de agua. Oyes el ruido del agua correr. Mis suspiros de alivio al notar el contacto del agua calentita. Y mi imagen con los ojos cerrados y estirándome bajo el chorro de agua. Ahora puedes contemplarme con calma sobre el fondo amarillo limón de las cabinas de ducha. A la vez que me relajo apoyado en la grifería. Ves un cuerpo no musculado en exceso, pero si bien cuidado. Ya no tengo los abdominales como antes, pero están duros. Los bíceps y los antebrazos conservan los músculos de cientos de partidos y competiciones.
Tu vista se va a mi entrepierna cuando mi mano va bajando hasta ella a través del vello del pecho. Notas excitación cuando me la acaricio para que se moje bien y aprecias que mi miembro crece un poco al notar esa caricia inocente. Ves como extiendo el gel por mi cuerpo. Casi notas la suavidad de mi mano al rozar mi piel. La espuma se extiende y tapa algunas partes de mi cuerpo. Aparezco ahora todo enjabonado. Tu mano ha ido bajando hasta tu pantalón. Ha entrado casi, sin darte cuenta de cómo estabas de atenta a la pantalla, hasta tus braguitas y notas tu humedad. Tus ojos se agrandan al ver como mi mano envuelve mi pene y lo voy enjabonando. Arriba y abajo. Un par de veces. Pero te asombras al ver que sigo. Miras mi cara. Tengo los ojos cerrados y los labios entreabiertos. Como si murmurara algo. Pero estoy mudo. No puedo hablar. Pero entre lees en mis labios lo que crees que es tu nombre... Eres espectadora de cómo me acaricio pensando en ti. Ves crecer mi excitación. Crecer mi pene. Se va hinchando. Aparece y desaparece entre mi mano. Tu mano se aventura hacia tu vulva. También empiezas a acariciarte. Empiezas a sincronizar tus caricias con las mías. Tu sí que puedes susurrar y suspirar. Yo soy un actor mudo. Ahogo mis suspiros. Gimo en silencio recordándote. Pero aun así tu lujuria crece.
Verme así te calienta... Gimes con tus caricias. Nos tocamos, acariciamos, suspiramos cada uno a su manera, en su escenario. Yo ausente de tu contemplación. Tu excitada por contemplarme... Mis movimientos se aceleran. Los tuyos también. Me agarro a la ducha. Y exploto en un orgasmo silencioso. Solo siento la explosión de mi semen al salir mezclándose con la espuma y el agua. Y tú al verme así, corriéndome, intensificas tus caricias íntimas y llegas también a tu clímax gimiendo y gritando mi nombre en la inmensidad de tu intimidad.
Comentarios
COMENTAR
¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales