Le pidió solo amistad por el momento y ella aceptó gustosa.
Creyó sinceramente que era una buena señal, él decía que por sus malas experiencias pasadas no quería precipitarse y ella, por primera vez en su vida, visualizó un rayo de esperanza sobre su solitario rumbo.
Por fin había encontrado a quien creía que algún día podría llamar algo más que un amigo, un chico que ha visto más allá de su aspecto, con sus quilos de más y su cara todavía con granos a sus dieciocho años, sin cura por su ropa, sin nunca haber recurrido a utensilios de belleza ya que sencillamente no le interesaban.
Quería que alguien la viera solo por su belleza interior dejando la exterior a un lado.
Por un efímero instante dejó de sentirse tan desgraciada, sin embargo, su corazón se quedó hecho trizas al verle a él cogido de la mano de otra chica.
Una chica hermosa, con una cabellera rubia descendiendo por toda su esbelta espalda y perfectamente maquillada y arreglada.
Como siempre ella solo es considerada como una amiga, por su carácter alegre y amable. Siendo siempre una persona de confianza a quien acudir.
Pero, no hermosa.
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