Denunciar relato
Toda la sombra de tu cuerpo me he bebido.
Por ti mis dolorosos orgasmos.
No de nada me arrepiento.
Tu eres y estás cómo mi Dios.
Ese celoso dios de los amantes espía.
Qué más podría decirte
qué nunca se haya escrito.
Tengo mis sueños y días contados
Sin tu amor soy ese Dios absurdo
de marionetas sepulcrales.
No debes ni puedes ni quieres
pedirme perdón sería otra blasfemia
al alma viviente del Eros.
Cuando debemos matar
para dar vida al verdadero amor?
Tu te ríes de mis dudas y
gustosa de mi desvarío
me enseñas tus pechos maternales.
Y caigo otra vez en la Trampa 33.
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