La gordita

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Adri es una mujer gordita de 1.50 con un maravilloso trasero y unos estupendos senos, ella es cajera en el banco donde soy gerente y aunque algunas veces habíamos intercambiado miradas insinuantes nada había pasado.

Aquel fin de semana nos enviaron a todos a otra ciudad a recibir entrenamiento en un Nuevo proceso que se iniciaría, por economía a los empleados los acomodaban en habitaciones compartidas en el hotel pero a mí siempre me asignaban una para mí solo.

El sábado en la tarde terminamos antes de lo planeado el entrenamiento y decidimos todos bajar al bar del hotel a tomar algo. Cuando nos sentamos sin ninguna intención coloque la llave de mi habitación sobre la mesa y ella dijo suavemente “1133 que numero tan fácil de recordar. Tomamos un par de cervezas y charlamos de todo, éramos doce en la mesa incluido el instructor que nos había acompañado.

Luego de un par de tragos Adri se levantó para ir al retrete y la seguí, en el camino le dije deberíamos de hacer algo más tarde, ella respondió seguro más tarde llego a tu cuarto y se dirigió al retrete de las damas.

Unos minutos después me excuse y deje al grupo en el bar dirigiéndome a mi habitación, llegué, ordene una botella de ron y procedí a ducharme y alistarme para esperarla. Al salir de la ducha me puse algo de loción, una pantaloneta (sin interiores) y una camiseta, atenué la luz y aliste todo para nuestro encuentro estaba seguro que algo pasaría.

Minutos después tocaron la puerta y al abrir ahí estaba ella, con una sudadera gris, bastante holgada y vieja como la que usas para ir al gym, me saludó con un beso en la mejilla y se adentró en la pieza. Te tengo una pregunta, dijo, ¿qué color te gusta más rojo o negro?

- Rojo – le conteste

- Ya regreso - dijo ella dirigiéndose al cuarto de baño y saliendo pocos minutos después.

Sin saber que hacer le ofrecí una copa de ron y me dijo sírveme triple para tener valor así lo hice y ella apuro la copa.

Al terminar se paró en frente de mí y me dijo

- Se que la próxima semana es tu cumpleaños, pero quería darte un pequeño regalo por adelantado - y mientras decía esto fue deslizando el cierre de la parte superior de su sudadera dejando al descubierto sus hermosos y grandes senos, cubiertos por unos sostenes rojos muy delgados e insinuantes, de inmediato mi miembro reacciono y empezó a ponerse erecto.

Ella se giró maliciosamente y procedió a bajar el pantalón de la sudadera desgastada dejando a mi vista ese hermoso y gran culo, solo cubierto por una minúscula tanga roja. Luego se dirigió a mí, me tomó de la mano y me dijo:

- Vamos a la cama para que disfrutes tu regalo.

Llegamos a la cama y ella se sentó en el borde abriendo las piernas y me hizo acercar, bajo la pantaloneta y empezó a hacerme una deliciosa mamada.

En eso estábamos cuando de repente sonó su celular ella lo alcanzo y dijo: “es mi marido, no me haga quedar mal jefe” y procedió a contestarle.

Cuando no estaba hablando con su esposo estaba dándome la mejor mamada que he tenido, gozando con mi pene en su boca lo más que podía.

En un momento dado la lujuria se apodero de mí y la empuje hacia atrás y la hice girar sobre la cama abriéndole las piernas, me arrodille frente a ella mientras seguía hablando con su marido y la penetre muy lentamente.

Fue una sensación increíble estar penetrándola mientras ella hablaba con su marido, al principio fue lento, pero poco a poco aumente el ritmo de mis penetraciones y observaba como se mordía los labios mientras seguía hablando por teléfono.

Su marido debió haber notado algo porque ella le dijo “es que estoy subiendo gradas amor y estoy agitada” y a los pocos segundos le colgó con alguna excusa que no recuerdo.

Ya la había estado penetrando un buen rato pero quería terminar en su lindo culo, así que la gire y la puse en cuatro, metiéndoselo por el culo ella empezó a gritar como loca pidiéndome más y más y de pronto empezó a temblar y cayó en la cama, yo aún estaba dentro de ella así que continué hasta que termine dentro de su ano.

Al bajarme algo de mi leche se escurrió fuera mientras ella decía: “Jefe deme otro trago que quiero que me lo vuelva a meter, esta noche soy toda suya”..

Fue una larga y productiva noche, con un muy buen regalo de cumpleaños…

 

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