DORMIDA

A José siempre le habían atraído las mujeres débiles y a ser posible enfermas.  Durante años cuidó de su madrte enferma, una enferma imaginaria, viuda temprana, y se acostumbríó a que ella dependiera de sus cuidados, lo que descubrió que le gustaba. Cuando ella murió, conoció a una nueva vecina que vivía sola, descubriendo enseguida que padecía frecuentes depresiones y fibromialgia. No tardó mucho tiempo en hacerse útil para esa mujer, imprescindible, pues le ayudaba en la limpieza de la casa y le compraba a menudo lo que necesitaba del supermercado y la farmacia, cuando ella no tenía fuerzas ni ánimo para salir de su casa. Al cabo de un par de años de conocerse, se casaron por el Juzgado y ella pasó a vivir en casa de él, alquilando la suya a un matrimonio joven. Para que ella le atrayese más a él, le disolvía somníferos en los vasos de leche o de agua que se tomaba durante el día y casi siempre se encontraba adormecida, débvil, sentada o acostada en  la cama o en sofá. Cuando a veces dormía profundamente en la cama, se quedaba contemplándola fijamente durante horas y si se sentía excitado la poseía limitándose a subirle la falda y bajarle las bragas, acto que duraba un par de minutos. 

Un día, mientras él estaba en el supermercado, ella registró la caja de medicamentos porque sospechaba que algo anormal le sucedía y descubrió varias cajas de somníferos.

"Cabrón, así que me quieres enferma e indefensa", pronunció en voz baja.

A partir de entonces cambiaron las circunstancias. No se bebió ningún vaso de leche o de agua que le suminstrara y fue ella la que le introdujo en secreto somníferos en sus bebidas. 

Camino del trabajo en su coche, por una amplia avenida, José se durmió atontado por los somníferos que sin saberlo se tomó en el desayuno, el coche se salió de la calzada a gran velocidad y se estrelló contra un edificio. Afortunadamente, nadie, salvo él, sufrió lesiones. José se mató en el choque.