El aprendizaje I
Por Victoriano Sanchez
Enviado el 26/01/2020, clasificado en Intriga / suspense
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Se metió a monaguillo en la iglesia de un pueblo medio perdido, en el que los parroquianos eran tan humildes y pobres que estaban necesitados de lo elemental. Según el evangelio, la generosidad bien entendida, era la que practicaba el creyente que daba de lo que no tenia, de su extrema pobreza, de lo estrictamente necesario para vivir. De cualquier manera, las dádivas que caían en el cepillo escaseaban.
- En la vida debes aprende a contentarte, zagal. Dijo el cura, intentando aleccionarlo en la doctrina cristiana.
- Pero, vivir agradecido no se consigue de la noche a la mañana, sino que se logra adquiriendo confianza en Dios, porque es el que te guiá en la vida y es el responsable de todos los acontecimientos que ocurren.
- Entonces, ¿por qué Dios nos prometió riquezas y bienestar? Poniéndolo en brete.
- Bueno, para que lo entiendas te mostraré la vida del apóstol San Pablo; Cuando estuvo en prisión hallándose sin libertad y pasando muchas penurias, se sentió reconfortado al saber que Dios lo protegía. Por eso no tenia miedo, ni ningún temor. Todo lo que Dios permite que ocurra es para su propia gloria y para reforzar nuestro bienestar espiritual.
- Aprende a contentarte en cualquier circunstancia, Edmundo. Y añadió... - Debes aceptar con paz y serenidad todo lo que ocurra, sea bueno o malo porque no hay nada que suceda sin su consentimiento.
Esa noche reflexionando sobre el consejo, le costó coger el sueño.
Además del adoctrinamiento, lo único que sacó durante el tiempo que permaneció en la parroquia fueron unos cuantos pescozones, y algún que otro tiento al vino que guardaba el párroco en un vetusto mueble de la sacristía. Enseguida vio que debía emigrar de allí.
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