Alma, la pequeña reprimida ? Parte 1.

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Alma es una empleada del banco cuyo trabajo es visitar los clientes que solicitan crédito para verificar el futuro del negocio y la inversión de los recursos, por ello no es extraño que yo la acompañe a algunas de estas visitas, especialmente si el monto solicitado es considerable.

Los negocios van desde las clásicas reposterías hasta cosas poco comunes como el fabricante de cuerdas para guitarra.

Antes de seguir adelante debo describir a Alma ella es una mujer de 1.50 aproximadamente, delgada, con una cara normal, usa gafas y siempre viste prendas anchas al mejor estilo de las abuelas en resumidas alguien poco llamativo sexualmente hablando.

Varias personal me habían comentado que ella me miraba “Con ganas” pero la verdad nunca les preste atención por lo poco atractiva que se veía.

Aquel día, no sé si fue el destino, nos llevó a un negocio de ayudas sexuales, su propietario estaba solicitando dinero para producir y comercializar una “milagrosa raíz” que ayudaba a las parejas a eliminar sus inhibiciones y disfrutar su sexualidad al máximo, según él.

El negocio era bastante grande un local con muchas “ayudas sexuales” lo normal, consoladores, aceites, pastillas etc. Pero la parte interesante es que en el fondo tenía diez habitaciones totalmente adecuadas decoradas sugestivamente y provistas de todo tipo de ayuda para que los clientes pudieran “ensayar los productos” y así garantizar su satisfacción.

Luego del tour nos dirigimos a la sala de juntas a revisar algo del plan de mercadeo mientras Alma y la contadora del dueño revisaban las finanzas y proyecciones.

Al rato nos juntamos nuevamente y nos ofreció un vaso de jugo de frutas mientras seguía hablando de lo maravilloso de su nuevo producto. Cuando la secretaria trajo los jugos puso con cada uno un pequeño sobre con la “milagrosa raíz” y nos dijo que quería que probáramos sus efectos para convencernos. Casi sin pensarlo, Alma dijo que rico y vacío el contenido en su vaso de jugo y lo bebió totalmente. Yo aun incrédulo seguí su ejemplo e hice lo mismo.

No habían pasado cinco minutos cuando empecé a sentir una gran erección y un calor en todo el cuerpo como si tuviera frente a mí a la modelo más hermosa del universo. El dueño del negocio nos ofreció una de las habitaciones y de inmediato Alma se levantó me tomo de la mano y nos dirigimos a ella.

La habitación estaba toda rodeada de espejos incluyendo el techo y las paredes, tenía una enorme cama en forma de corazón (ya lo sé, ¡que cliché!) un sofá, un butaco, un asiento y algo que llamaban “el potro” una extraña pieza de mobiliario que tenía instrucciones pegadas de cómo se usaba.

Como parte de la fantasía de ese cuarto en particular, habían instaladas una serie de cámaras que filmaban la habitación y proyectaban sus imágenes en cuatro grandes televisores ubicados estratégicamente en la habitación, la idea era facilitar la “fantasía” de ser actor o actriz porno y filmar todo lo que ocurriera en la habitación. Al final la pareja tenía la opción de obtener una copia digital o borrar el contenido de la misma.

También contenía la habitación un estante con una selección de diferentes objetos y ayudas sexuales, todas en sus empaques originales para que la pareja tuviera la opción de escoger y utilizar lo que requirieran.

Tan pronto entramos, Alma se sentó en la cama y procedió a quitarse los zapatos, yo seguí su ejemplo y me senté en el taburete y procedí a quitarme los míos.

Ella se levantó y se dirigió hacia el estante con todas las cosas y mientras lo hacía se quitó la blusa, solo pude ver su espalda desnuda, y su caminar lento mientras analizaba el contenido de la estantería y husmeaba entre los diferentes frascos y artefactos.

Decidí imitarla y me levanté del taburete procediendo a quitarme el saco de mi vestido colocándolo a un lado, luego la corbata, la camisa y la camisilla para dejar mi torso desnudo.

Ella tomo un frasco con un líquido de color Rosado y se voltio para dirigirse de nuevo hacia mí. Esta vez ya estando ella de frente, pude observar unos pequeños y redondos pechos, cubiertos por un sostén color beige que los cubrían totalmente, nuevamente pensé que era demasiado recatada en su forma de vestir.

Se acercó, me tomó de la mano y me llevó hacia el asiento, al llegar, se sentó en él y me atrajo hacia ella. Mientras abrió el frasco volteo su mirada hacia arriba y mirándome muy coquetamente me dijo:

- Aceite caliente con sabor a fresa – vamos a probarlo.

Sus manos, se dirigieron a mi correa y muy rápidamente procedió a desabrocharla, luego desabrocho mi pantalón y lo bajó, quedando yo en interiores frente a su cara.

Mientras ella abrió el frasco con el aceite Rosado, yo aproveché para terminar de deshacerme totalmente de mis pantalones quedando solo en interiores frente a ella.

Una vez abrió el frasco, lo puso a un lado y sus dos manos agarraron mi erecto pene por encima de los interiores mientras me decía:

- Hace rato he querido probarte – vamos a ver

Y acto seguido, bajo mis interiores dejando mi excitado pene expuesto frente a su cara. Se voltio, tomo el tarro y vertió una buena cantidad del aceite en sus manos procediendo a aplicarlo sobre mi pene y mis bolas.

Una vez termino esta tarea, acerco su boca y con la punta de la lengua, lamio mi glande, luego dijo:

- Que rico sabor a fresa

Y procedió a meterse mi pene en su boca. Lo introdujo hasta la mitad pues no le entraba más, así que sentía como lo lamia mientras chupaba frenéticamente.

Luego lo saco de su boca y su lengua empezó a recorrerlo totalmente hasta la raíz y siguió con mis bolas, lamiendo el aceite de ellas, mientras una sensación de calor se dispersaba por mi pene y mis bolas.

La función de ese aceite, aparte de tener un delicioso sabor, era proveer un calor a la parte del cuerpo que se aplicara para así estimularla, sobra decir que mi pene estaba a punto de estallar por la excitación tan increíble de la mezcla del aceite más su lengua lamiendo y su boca con parte de él dentro, dándome una mamada magistral.

Debo reconocer que aunque no le cabía todo mi miembro en la boca, su lengua y sus labios hacían un movimiento tan especial que me excitaba mucho y hacía que mi pene se endureciera más y más.

De repente saco mi miembro de su boca, se levantó tomando el aceite y una caja de un artefacto que no había reparado yo y me dijo:

- Quiero sentirte aceitado dentro de mí, en el potro

Y se dirigió hacia “el potro” mientras se deshacía de su sostén y ese horrible pantalón que tenía.

Ya contare la culminación de esta historia en la segunda parte….


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