Denunciar relato
Al salir a la carretera
los márgenes habían desaparecido.
La maldita niebla,
como zarzillos de algodón
envolviéndome.
Se lo tragó todo.
Pinos, tierra, cielo.
Se tragó el mundo,
se comió hasta el miedo,
el miedo que jamás había sentido
como en ese instante.
Lo sedó.
¿Por qué justo en el momento
en que ocurrló lo peor aparece?
Me acompañó todo el camino.
Abrió justo el paso para mi.
Esa niebla anunciadora.
Nunca la había visto,
nunca la he vuelto a ver
desde aquel día.
El día que te marchaste.
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