Sigo Virgen
Por Violeta Simpson
Enviado el 17/02/2020, clasificado en Adultos / eróticos
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Apenas lo vi, supe que lo quería entre mis piernas.
Vivo junto a mis padres en una casa en la playa, no hay mucha gente por el sector, soy de pocos amigos y casi nunca llega gente nueva por aquí. Quiero salir de este lugar, cuando termine el cole me iré a conocer el mundo y otras culturas. Por mientras debo estudiar e imaginarme como es la vida en otros lados.
Quiero contarte que hace poco aprendí a masturbarme, con mis dedos, lo hago todas las noches. He ido perfeccionando mi técnica, primero imagino que me besan y me toco por sobre el calzón, me acaricio y respiro agitada. Meto mi mano dentro del calzón y comienzo con uno o dos dedos, recorro toda mi vagina hasta sentirla completamente mojada, toco mi clítoris, le doy unos pequeños golpecitos de lado a lado, aguanto la respiración, muevo mi dedo más rápido, suelto el aliento y me vengo, ya aliviada, cierro mis ojos y me duermo. Hay veces q introduzco mis dedos en mi vagina para ver que se siente y prepararme para cuando alguien venga y quiera metérmelo.
No se si quiera enamorarme, nadie me parece interesante... de lo que si estoy segura, es que quiero tener sexo
Hace dos semanas llegaron unos amigos de mis padres con su hijo, un tipo más o menos de la misma edad mía... yo venía llegando del cole cuando lo vi, estaba tomando sol en bañador, al frente de la ventana de mi cuarto, en la playa, estaba solo escuchando música. Me quedé mirándolo un rato ¿y sabes lo que vi? Se estaba tocando, como jugueteando con su pene dentro del bañador, no le saqué los ojos de encima, él no podía verme, sentí unas cosquillas en mi vagina, como punzándome, fue cuando supe que quería tenerlo entre mis piernas.
Me lo presentaron en la hora de la cena, Roberto se llamaba, tenía dos años más que yo, seguro ya lo había hecho. No era apuesto, ni tenía buen físico, pero tenía pene y eso bastaba. Me propuse seducirlo para que me llevara a la cama.
Terminamos de cenar y nos fuimos a ver tele a la sala, conversamos de cosas triviales, del cole, de su universidad y cosas sin sentido. No tiene novia, se lo pregunté. Eso para mi estaba bien, no costaría tanto mi plan. Antes de irnos a dormir le dije al oído "todas las noches me masturbo y hoy lo haré pensando en ti". Abrió unos tremendos ojos, se echó para atrás y me quedó mirando mientras cruzaba el pasillo para llegar a mi cuarto.
Como casa sábado, me desperté a la hora de almuerzo, me lavé la cara y me acerqué al comedor. Estaban todos tomando un aperitivo antes de sentarse a comer, apresuré mi paso hacia mi cuarto para vestirme, mi padre me hizo saber con su mirada que estaba algo atrasada. Roberto que venía saliendo de su habitación, se incorpora al pasillo y me ve corriendo hacia mi pieza, me preguntó si me había pasado algo, le contesté que estaba atrasada para el almuerzo y me iría a vestir. Mientras le contestaba me saqué la parte de arriba de mi pijama, dejándole ver mi espalda desnuda, lo miré hacia atrás y le guiñé un ojo.
Esa tarde Roberto me dijo que quería ver lo que hacía en las noches antes de dormirme. Pensé, esta es mi oportunidad. Le dije que esperáramos a que nuestros padres salieran de fiesta y que lo esperaría en mi habitación.
Llegó la noche y estaba esperando a Roberto, sentí que se demoraba mucho entonces lo fui a buscar a su habitación. Me llevé tremenda sorpresa cuando abro la puerta y lo veo con el pene entre sus manos, al verme, continuó lo que estaba haciendo. Sentí nuevamente mi vagina punzándome, comencé a tocarme ahí en la puerta, mirándolo fijamente, las piernas se me doblaban mientras me masturbaba. No quería quitar la mirada de lo que estaba haciendo, me recosté en su cama y lo observé hasta que eyaculó. Madre mía que chorro, primera vez que veía tal espectáculo, su cara estaba roja, con la boca entre abierta jadeando, su cuerpo un poco agachado, me miraba fijamente sonriendo. Se acercó y me preguntó si me ayudaba.
Esa noche perdí la cuenta de los orgasmos que tuve por culpa de sus dedos y su lengua, aprendí también a masturbarlo y hasta a mamarle el pico.
No tuvimos sexo esa noche, no lo intentamos, seguía virgen para una próxima vez.
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