Denunciar relato
Recuerda siempre que con los mismos labios ingratos con los que alguna vez me besaste, fueron los mismos que me mintieron. Entregué tan ciegamente todo de mí que no permití paso a las dudas, ¿cómo podía siquiera pensar en que me dañarías? Tus ojos devotos me convencían siempre de que contigo estaba a salvo. Nunca fue así.
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