No se despertó en un mundo en el que los hombres hubieran desaparecido, ni en uno en el que se despertaban como mujeres para darse cuenta del desequilibrio por el cambio de rol, ni siquiera se despertó en un mundo en el que todos los hombres fueran respetuosos y tolerantes.
Simplemente se despertó en un día en el que no importaban las opiniones de hombres y de mujeres machistas, en el que la sororidad se vivía en las calles y que cargaba la castigada batería de esperanza para seguir usándola el resto del año.
Porque sería domingo, día del Señor y del señor que va al fútbol, y no podían darle un pellizquito a la productividad silenciada de género en el orden mundial, pero al menos aquel día el mundo entero podía pasarse por la fosa oceánica el mismísimo Everest, ese día no había un falo que pudiera someter al poder colectivo femenino.
twitter: @earlkiji
https://relatosistema.wordpress.com/2020/03/08/8-de-marzo/
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