Fue un poco cruel acostumbrarse a su piel y un día para otro no sentirla. Eso le dolió, eso la mato por dentro. Años tras años viendo su rostro reflejado en cada unas de sus mañanas y ahora ya no estaba. Un auto descarrilado le dijo no a su vida la de él y la de ella. Cada día se sentía oprimida por las sabanas que le obligaban a quedarse ahí, sin hacer nada dejando las semanas pasar. Su piel ya arrugada le contaba las experiencias que juntos habían pasado y que ya no podrían volver a repetirse. Era la hora. Sus años le daban factura y era tiempo de pagar con cada una de sus deudas, no tenia quien la extrañase la única persona que seguro sentiría su ausencia se había ido y con él se fue todo lo demás. Era tiempo de decir adiós a la soledad que la acompañaba decir adiós a todo lo conocía. Él lo hubiera preferido se repetía constantemente. Se levanto de la cama, era otoño, sintió el frio en sus venas, y fue tan dulce que penetro en ella. Se vistió y recobro cada una de las sensaciones que ya le habían sido arrebatadas. Él lo hubiera preferido así que rehaga su vida con su recuerdo vivo, pero que haga unos nuevos sin él.
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