LA RABIA - La Confesión-

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Quizás tendríamos que aclarar varias informaciones que no hemos dado hasta la fecha. Rami es un joven que le quedan días para cumplir los diecisiete años, lo mismo que a Edu su amigo. Adela la madre es una mujer joven de casi cuarenta años, así como Eugenia treinta y siete y Lina treinta y ocho. Todos estos datos conviene saberlos para que se sepa el circulo donde se desarrolla esta LA RABIA.

- Vamos a ver Rami, ¿Se puede saber que te pasa? Te pasas el día en una nube – le dijo Edu

- Nada

- No fastidies tío, no te lo crees ni tu.

- Joder Edu, no te lo puedo contar, es demasiado, es tremendo, ¿Y sabes lo que te digo?Que me siento el más pringao del mundo y parte del extranjero, soy tonto, tonto, tonto hasta decir basta. Te juro, que lo que me ha pasado a mi, es imposible que le pase a otro, he pasado de ser un chico normal a estar todo el día cabreado y ninguneado, que no es justo, que no hay derecho tío, que no hay derecho, y ya esta.

- A pues muy bien, todo te lo dices tu. Mira Rami, que todos tenemos historias que guardar y si se guardan se crean malos rollos, hay que empezar a vivir con ellas, que te lo digo por experiencia, para que veas que soy buen tío, si tu me cuentas, yo te cuento, como en la peli.

Se sentaron en el parque y como ya no había prisa Rami, le contó todo desde la boda. Edu, iba sonriendo y asintiendo con la cabeza para decir al final

- ¿Pero es solo eso? Está claro que hasta ahora has vivido en la inopia. - Y comenzó su relato.

- Tu ya sabes que a parte de mis padres, tengo hermanos, un chico de ventipocos años y la chica de casi veinte, y hace como un año me encontré con una movida muy fuerte. Una mañana al abrir la puerta del baño, vi a mi madre y hermano duchándose, y claro está, desnudos, dándose jabón el uno al otro por todo el cuerpo, mi madre le cogía el manubrio y se lo movía con mucha alegría, te puedes imaginar lo que pasó, luego se terminaron de duchar, mi hermano le dio las gracias, se secaron el uno al otro y tan campantes a sus quehaceres, ¿Que te parece? Pues no sufrí ningún trauma, pero eso si, decidí pedir explicaciones.

Y Edu, siguió contándole su historia, le contó que desde entonces estaba más atento a cualquier movimiento que hubiere en la casa, las miradas cómplices, miradas morbosas, toquecitos en el culo o en otra parte, abrazos intencionados, achuchones en el sofá, en los sillones, en definitiva pendiente de todo. Edu que quería entrar en ese juego una tarde después del instituto le pidió a su madre ducharse juntos y sin más le contó lo que vio en la ducha con su hermano. La madre se sentó en un sillón y le puso en sus rodillas, mientras le le decia, que tenia  ser tolerante cuando se entraba en esos juegos, si él se consideraba preparado bien, en caso contrario lo debía olvidar y ellos tendrían más cuidado. Edu prometió pensarlo y estudiar esa conducta. Después de informarse en internet, en la biblioteca y, preguntarle a su abuelo materno, - más que nada por que para Edu, era el sabio entre los sabios -, eso que algunos no aprueban, se había dado y se daba desde que el mundo es mundo, no quería decir que los resultados fueran del todo satisfactorio pero el comportamiento estaba ahí. Ademas Almodovar lo plasmó en una de sus películas con gran éxito, por eso le comunicó a su madre la decisión de entrar en el juego.

Le contó que una noche ya casi de madrugada Edu, estaba viendo una peli porno y mientras la veía se acariciaba en el pantalón del pijama, pues tenia un gran calentón, su madre que se había ido a la cama la despertó la luz del salón y se levantó a ver que pasaba, se acercó a él diciéndole: “esto te hace más daño que otras cosas”, le bajo el pantalón y mientras le agarraba la verga le beso en la frente, la cara, los labios, el cuello, el pecho - Edu, no tenía camiseta-, ombligo y la base del pene, con el brazo le rodeó la cintura atrayendolo hacia ella, de esa forma con una mano le cogía la verga y con la otra los genitales, masajeandolos al mismo tiempo y muy despacio, Edu reclinó su espalda en el sillón dejándola hacer

- Vamos cariño, vamos cariño, tranquilizate, no te aguantes, soy mami.

Le contó que aquel cariño que le daba su madre, le transformó, porque no solo le debía la vida, también se fusionaron las dos, la de ella con él y la de él con ella. La madre le siguió magreando y como no se venía, pasó a meterse en la boca los testículos, succionandolos uno por uno, los mordía con delicadeza pero firme, para volver a la succión nuevamente, cuando Edu, la puso la mano en la nuca, ella pasó a lamerle desde la base del pene a la punta del glande, una y otra vez por un lado y por el otro dándole ligeros mordisquillos en el medio.

- Si te vas a correr dímelo antes – le dijo.

Y la madre seguía con sus maniobras, lametón por un lado, mordisco por otro, beso en la punta, hasta que Edu, le dijo no poder más, es cuando la mamá le apretó los huevos con energía, le bajó la piel y de un golpe se la metió en la boca, tanto que Edu, le contó a Rami, que la daba con la punta en la garganta, es cuando ella soltó su presa de la mano y le sacó la verga un poco para así poder moverse y sorber al mismo tiempo, dejando que toda la leche de Edu, se quedara en la boca y siguió repitiendo el movimiento abrazada al culo de Edu, pasado un tiempo se levantó y se inclinó sobre él dándole un beso en la boca traspasándole así parte de sus jugos. Le cogió de la mano para irse a sus habitaciones, cuando se dieron cuenta que su hermana les había visto y, con la excitación estaba sentada en el suelo masturbándose.

- Pero hija -le dijo.

Se abalanzó sobre ella sentándose a su lado y puso su mano sobre la de la chica, con el fin de poder acabar ella la tarea, a Edu le dijo que ayudara, con lo que el chico se puso al otro lado besando a su hermana en la mejilla, ojos, boca, pechos, cuando su madre le cogió de la nuca y le metió la cara en el sexo de la chica, allí le dijo que la lamiera de abajo arriba dándole con la lengua en el botoncito, Edu que lo notó rápido se puso a la tarea hasta que su hermana estalló de gloria. 

 

Continuará...


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