Son tiempos extraños, raros.
Son tiempos en los que parece que se ha parado el tiempo, la vida...
Son tiempos de reflexión, tiempos en los que las personas mostramos nuestra verdadera cara, desde la más benévola hasta la más diabólica y egoístas.
Tiempos que parece que no pasarán nunca pero que anhelamos segundo a segundo que pasen lo más rápido posible
Tiempos en los que aparecen los sentimientos mas profundos, más íntimos mas contradictorios, en los que aparecen nuestros miedos y a la vez nos reencontramos con nuestros sueños.
Son momentos en los que sin hacer nada, lo hacemos todo.
Encerrados, entre nuestros pensamientos en nosotros mismos en los que pensamos en “que habría pasado si yo”, en los que nos arrepentimos de nuestros actos pero a la vez encontramos el significado del por qué de las cosas. Nos preguntamos ¿que pasará? Y que será aquello que nos depara.
Algunos serán mas optimistas y otros mas pesimistas. Algunos se abrazarán al dolor y otros a la vida.
Todos nos sentimos así, todos pensamos demasiado. Es el momento.
También es el momento de mostrarnos optimistas y de abrazar nuestra vida para gritar “aquí estoy yo” para decidir sobre nuestro destino y salir para alcanzarlo sin mirar atrás.
Es el momento de dejar las preguntas atrás, los arrepentimientos de despertar a la vida a nuestra vida. Del profundizar en nuestro yo más interno para poder conocernos.
Es el momento de aprender a amarnos para poder amar a los demás.
Es el momento en que nos debemos dar cuenta, que si bien creíamos que éramos libres no lo éramos. Que aunque parezca que estamos encarcelados, somos mas libres que nunca. Porque ahora, mas que nunca, tenemos el tiempo de descubrir quienes somos y lo que queremos para ir a por ello.
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