¿Está el enemigo? Dile que se ponga

-les ha espetado Pedro Sánchez por videoconferencia a varios representantes de las autoridades científicas.

Efectivamente, el chascarrillo no estaba del todo mal metido porque se estaba tratando la dificultad para considerar al virus como ser vivo y que si se estaba en guerra debería considerarse más un arma que un enemigo en sí. El problema de ponerse tan meticuloso es que podría dar pie a que la búsqueda de una figura antagónica llevase tanto a teorías conspiratorias político-geográficas como a la elucubración sobre la existencia de un ser castigador por encima del ser humano que le quitaría responsabilidad de una posible respuesta natural a su forma de tratarla.

Todo esto desde un punto de vista antropocéntrico-había añadido uno de los científicos apasionado de la filosofía que se había decantado por las ciencias porque sacaba buenas notas en todas las materias y se había dejado orientar por los consejos que le aseguraban que tenían más salidas. “Al extranjero”. Se había terminado de contestar él a la postre de una carrera con más saltos que la de los cien metros vallas.

Estas reflexiones fueron las que llevaron al presidente a citar a Gila, cosa que hizo con la tranquilidad de que Rivera no pudiera acusarle de plagio por ello a la vez que trataba de imaginarse una realidad virus-céntrica después de que acabaran de comentarle que el agente era más una maquinaria molecular que un ser en sí mismo. Este revuelto de ideas le hacía arrepentirse de no haber delegado el asunto a Echenique para que Casado no le acusara de gobernar con la mano flácida. Con lo poco que le temblaba a él la muñeca cuando tenía que buscar la canasta decisiva…

Al menos sí pudo sacar el refuerzo de haber utilizado lenguaje bélico de uno de los expertos que había propuesto el grupo de Unidas Podemos, alegando que efectivamente, las víctimas, como en los conflictos armados en particular y en el capitalismo en general, eran los más vulnerables. Pero este mismo participante volvió a torcerle el balance de sensaciones cuando se refirió a que el punto de vista de la contienda no se tomaba desde la humanidad, sino que estaba siendo mercado-céntrico.

Ante este revés, Sánchez les explicó que debían suspender la conferencia porque tanto hablar de centro y de mercado le había hecho ponerse en modo campaña y le estaban dando ganas de cogerse el coche para recorrer España cuando tenía que permanecer confinado.

                                                                      Twitter: @eralkiji

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