WELTSCHMERZ - A veces el mundo duele. 05.3

Por
Enviado el , clasificado en Varios / otros
535 visitas

Marcar como relato favorito

La búsqueda del Alcalde fue algo sencillo. Cuestión de hacer preguntas, pero había algo que no le cuadraba en su lógica a Koma, "puede preguntar para encontrar a alguien pero no cuando se pierde ella". Así que pregunto a la primera persona con quien se cruzo, tenía un carácter que le facilitaba el entablar una conversación con desconocidos, cuestión de ser extrovertido.
-Disculpe, ¿ha visto a un rubio, alto y Alcalde?
-Oh, sí, sí, paso por aquí hace poco.
-¿Me puede decir en que dirección iba?"
- Oh, claro, niña, iba hacía allá.
- ¿Dónde?
- si, por allá.
- Disculpe, pero, ¿Me puede señalar la dirección?
-Claro, por allá.
- .... Ok, muchas gracias.
- Oh, no hay de que, niñita. Es un dolar.
- ¿Cómo? ¿Me piensa cobrar por no decirme nada?
- ¿Cómo que nada? Qué niña para mas mala agradecida. Ya, vete, no quiero tu dinero.... Dios, todos los niños son iguales, quieren todo gratis.
-.... Vamos, Koma, busquemos a otro.
De esa manera pasaron a una persona que si señalaba una dirección exacta y no algo tan ambiguo como "allá". Lo que paso es que la primera persona no usaba las manos ni ningún miembro para indicar algo, tan solo decía una palabra sin ningún movimiento quien ayudase a descifrar lo que decía. Allá. Tan solo basto con preguntar a tres diferentes personas que si eran explícitos al hablar. El lugar donde al final le indicaron fue donde el Palacio del Alcalde. Cuando entraron trataron de recordar el camino que habían recorrido antes pero fueron detenidos por el secretario.
- Lo siento, niña, pero antes de hablar con el Alcalde debes pedir una cita con anticipación ...Y ¿Donde están tus padres? ¿Estas perdida? ¿Por eso estas aquí? No te preocupes, llamare a un guardia para que te escolte.
- No, se equivoca, señor, no soy una niña. Mire -Mercy toma posa tratando de sacar su mayor encanto femenino y para rematar guiña un ojo- ¿Ve? Ahora dígale al Alcalde de que ya estoy aquí. El me estaba buscando.
- No sé, que tipo de broma quieres hacer, pero ...
-No te preocupes, dice la verdad, yo, ¡El gran Odre Sama! la estuve buscando, pero parece que tarde mucho en hacerlo o ¿Actuaste muy rápido e irresponsablemente? - Dijo el Alcalde que salia de la oficina- Vamos, tenemos que hablar.
- ¿Ve? No le mentía. Nos vemos, señor.
Mercy ingreso a la oficina del Alcalde quien se sentó en su escritorio mientras jugaba con su orbe en la mano. Derecha a izquierda, un movimiento mecánico en él. El Alcalde tenia la mirada en Mercy, hubo silencio a espera de que él hable. Por un momento dejo el orbe sobre su escritorio, con si rezara junto las manos seguido de un suspiro.
- Déjame ver, ¿Abriste un negocio?
- Si, hace un día mas o menos.
- ¿No paso por tu cabeza que tenias que venir aquí para pedir permiso de abrir un negocio? Eres un caso especial, ¿No se te ocurrió ser mas prudente?
- ¿Eh?, no sabia que necesitaba uno. ¿Estoy en problemas? ¿Rompí una ley?.. No tengo dinero, ¿Sabe?
- No, no estas en problemas, mientras que nadie lo sepa aún, no hay problema...
- Sobre eso ...
- ¿Sobre qué?
- Ya dije a las personas que hay un negocio de una Bruja en la ciudad, mientras estaba en la entrada del mercado.... ¿Todo bien?
- ....*Suspiro* ¿Hiciste algo más?
- Hmm. Dormí bajo un árbol.
- Mira, Mercy, en primer lugar no tenias que decir que eras una Bruja, podías seguir teniendo un negocio cualquiera de fachada, podías relacionarte con la gente, ganarte su confianza y si tienes suerte, ser aceptada. Aquí tienes las de perder si dices que eres una Bruja, el Padre del iglesia de la ciudad odia a las Brujas y ha esparcido malos rumores acerca de ellas.
- Pero la época de Cacería de Brujas ya paso, el problema ya se soluciono, ahora somos aceptadas.
- Si, eso debería de ser, pero en esta ciudad existe un mal historial con las Brujas, una tragedia tuvo lugar aquí, es normal que las personas cambien de parecer, temen lo que no entienden. No es porque quiera hablar mal de mi gente pero son gente de vida humilde y de carácter religioso, antes de que me de cuenta ellos ya profesaban odio/miedo por las Brujas. El Padre recibe mucha ayuda de la gente. Dime que no dijiste que tu eras la Bruja.
- Hmm. Creo que no, solo dije que una había llegado a la ciudad y tenia un negocio.
- Bien, ¿Nadie sabe de que eres una?
- Oh, no, es una cantidad mínima: Abuela, Gagunj, Salvador y la señora Hojeham.
- Bueno al menos son ellos. No tienes nada de que preocuparte, solo recuerda, no digas que eres una Bruja, aún no. Tienes que cambiar la forma de ver a las personas, mostrarle la verdad. Ten cuidado. Al Padre no le gusta las Brujas.
- Pero de que voy a vivir, no tengo nada en mi casa. ¿Qué puedo ofrecer?
- ¿Qué te parece pan?
- ¿Pan? Y ¿Por qué pan?
- Porque Gagunj tiene una panadería y tu puedes solo venderlos, él los hara. ¿Qué tal? Seras una distribuidora.
- Oh, Gagunj, ¿Hace eso?. Me agrada la idea, tendremos comida en casa, es una buena idea. Comida.
- Si, entonces hablare con él. Tan solo espera, deberemos equipar con buenos anaqueles tu casa... Espero que no te comerás los productos.
- Oh, jaja, no, que va, esa idea ni se me cruzo. Por cierto, ¿Por qué me ayudas tanto?
- Tan solo es una deuda. Hoy por ti, mañana por mi.
- Genial, cuando necesites que haga algo, solo dilo. ¿Ya lo había dicho?
- Eso espero. Bueno, yo me encargo, deberías ya ir a casa.



¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales

Denunciar relato

Comentarios

COMENTAR

(No se hará publico)
Seguridad:
Indica el resultado correcto

Por favor, se respetuoso con tus comentarios, no insultes ni agravies.

Buscador

ElevoPress - Servicio de mantenimiento WordPress Zapatos para bebés, niños y niñas con grandes descuentos

Síguenos en:

Facebook Twitter RSS feed