La verdad de las cosas es que los mexicanos somos muy adaptables, ¿porque dijo esto?, tenemos varios años que si no es una cosa es otra, un tiempo estábamos amenazados por el crimen organizado de los Zetas, el Cartel de esto o de aquello, la Familia de aquí o allá, después vino el desabasto de combustible y ahora esto del coronavirus, es estresante vivir con tantos sobresaltos. Como dicen acá en mi pueblo: O te aclimatas o te acliquingas.
A lo que voy, es que cuanto los zetas nos tenían sitiados con sus balaceras mañana, tarde y moda, todos estábamos atemorizados siquiera de salir a la calle, no fuera a tocarnos una bala perdida o ser interceptado por algún comando de criminales que andaban rondando por todos lados. ¿Como estaría la situación, que si estabas en un semáforo y cambiaba la luz a verde, si el de adelante no avanzaba y se te ocurría pitarle para que se moviera, no sabías si era uno de “los malitos” y se bajaba de su carro para matarte?
Así estábamos todos con la incertidumbre de que no sabías con que te ibas a topar. A mi hijo, el mayor, no lo dejaba llegar tarde o ir algún antro porque no sabía que le pudiera ocurrir, me ponía nervioso, siendo que es un buen muchacho, mejor le recomendaba que invitara a sus amigos a la casa, aunque hicieran ruido y relajo, pero prefería tener la tranquilidad de que estaba seguro aquí mismo.
Yo la verdad pensé que eso iba a durar más tiempo para que lo erradicaran, pero por suerte y gracias a las estrategias policiacas y militares, pudieron desarticular a esa banda de criminales que nos tenía asoleados con tantas muestras de violencia y prepotencia. Había algunos que ni eran de esa banda pero aprovechando momento, se hacían pasar por ellos para extorsionarte o para solo intimidar a las personas, de esos varios aparecieron muertos con su respectivo mensaje de que “para que no anden queriendo pasarse de listos”.
Después tuvimos el problema de que no había combustible, porque al señor presidente se le ocurrió la brillante idea de cerrar los ductos por donde se trasportaba la gasolina, esto causó desabasto que nos provocó tener que hacer filas hasta de 3 horas para poder comprar gasolina, era algo imposible de creer, que México siendo uno de los países de mayor producción de petróleo, estuviera batallando con esto de estar sin gasolina.
Los ductos eran perforados por ladrones que iban a ciertos lugares en donde había declive, para que con la fuerza de gravedad tener presión para que saliera el combustible, eran personas que sabían el oficio porque lo realizaban con herramienta muy sofisticada, para no hacer chispa y no causar un incendio, perforaban el ducto colocando una válvula con varias mangueras para poder llenar pipas completas o contenedores gigantes. Imagínense las cantidades millonarias de dinero que se estaban robando estos méndigos.
La estrategia de cerrar los ductos, provocaría un desabasto, no había los suficientes camiones para transportar todo el combustible que demanda la población, solamente de la ciudad de México que tiene 4.7 millones de automóviles, más los camiones, motocicletas; es un cantidad enorme de vehículos que consume gasolina diariamente.
Estábamos todos sin poder movernos, si se te ocurría ir de viaje tenías el riesgo de no encontrar gasolina para poder regresar o hacer largas filas para cargar en las gasolineras de la carretera, fue una experiencia mala que no sirvió para nada, porque los ductos los siguen ordeñando. Los expertos recomendaban que mejor pusiera helicópteros que recorrieran los tramos que eran más propensos a ser alterados por los ladrones, pero este señor no escucha a nadie, hace lo primero que le viene a la cabecita de algodón.
Lo que hizo que disminuyera un poco el robo de combustible fue el incendio muy gran que hubo en un lugar donde estaban ordeñando un ducto, que quizás hizo pensar dos veces arriesgarse a seguir con esta mala práctica. Todo pasó en un poblado en el estado de Hidalgo, estaban sacando el combustible, delante de policías y solidados, al no estar bien ajustadas las conexiones al ducto, provocaron filtraciones y se empezó a acumularse en un pozo de terreno que está en un lado de la toma clandestina, se hizo una como alberca que se fue llenando, los habitantes de los poblados cercanos se dieron cuenta, viendo como una oportunidad de obtener un beneficio económico, se fueron a recolectar con tinas de plástico, sacaban el combustible para llenar unos recipientes de plásticos grandes, al estar sacando y sacando iban derramando combustible en el trayecto de la alberca a los tambos que estaban arriba de camionetas, cuando una camioneta arranco para irse, provoco una chispa que ocasionó la explosión mayúscula, la cual mató a 93 personas y muchas más salieron gravemente quemadas, ya que estaba todo el terreno humedecido de gasolina, en el momento del accidente estba lleno de gente el lugar.
Ahora esto del coronavirus, no puede ser, apenas salimos de una y entramos en otro problema, a ver hasta cuanto vuelve a la normalidad, tardamos mucho en superar esta prueba o capaz esta será la última que nos tocó vivir. En la historia esto ha sido recurrente, las epidemias o pandemias, se repiten cada determinado tiempo, esté la ciencia como esté, avanzada o no, vuelve a suceder.
Lo que sigue, la economía se va a reajustar enormemente, todo el gasto adicional que ha traído este evento, como equipar hospitales con lo necesario para la contingencia, los paros prolongados de las fábricas, los cierres definitivos de negocios, los despidos laborales, etc. Traerá muchas sorpresas para todos los países, para las fábricas, para los negocios y para las familias. No sabemos si va a haber beneficiados ante este rio revuelto, ¿tendrán ganancia los pescadores? Quizás si o quizás no, ni como saberlo exactamente, ojala no sean los políticos los ganadores al final.
Los personas siempre vamos a ser necesarias para que se desarrollen las actividades de la economía, eso es algo que deben de considerar los capitalistas, saber que algunas veces hay que perder para seguir ganando, esa conciencia es la que deben de tener al reconsiderar los efectos económicos de estas crisis, y sobre todo, hacernos a la idea de que no hay tal cosa como la estabilidad, porque resuelta una crisis, no tarda en explotar otra que estando allí, siempre nos parecerá peor
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