Denunciar relato
La noche se ha agotado ya.
Me dirijo a mi lecho con un agridulce pesar
por tu ausencia;
arropo las horas con el deseo
de que su transcurrir sea rápido
para volver a sentirte resbalando en mi piel.
Con la mente adormilada
se me ocurre
que tal vez esté en tus sueños
sonriéndote,
mientras tus manos
me abrazan por la cintura
y besas mi pelo,
en tanto bailamos una canción,
casi inmóviles,
siendo uno,
alejados del mundo.
Por fin cierro los ojos
sintiendo tu presencia sobre mi,
caldeando el frío de mi cuerpo con tu cuerpo,
desnudos,
sin más palabras
que las que hablan nuestros sentidos
bajo las siseantes sábanas,
hasta que el sueño me envuelve en tus brazos.
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