Denunciar relato
No hagas ahora que vivamos el peor de los infiernos.
Tú que pariste toda una infinidad de universales placeres.
Enséñanos a aprender una amalgama de deberes, que nuestra vida aprenda de una lección paradigma.
¡Madre que ese deleite por ti no muera! Que no olvidemos nuestra esencia, que el amanecer envuelva a tus hijos.
Que los besos y abrazos que no dimos ahora sean, por la noche en la que de nuevo nacimos.
No es un mundo nuevo, ni una nueva normalidad.
Enterremos el averno que vivimos, abramos ante nosotros, hombres y mujeres un nuevo horizonte de luz y esperanza.
Es la enseñanza de nuestra Madre Tierra que nos enseña, que para que no muera, nosotros tenemos que vivir por ella.
©Adelina GN
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