En la excursión

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En mi último año, hubo un paseo de fin de año; toda la clase estaba emocionada y yo no era la excepción, porque iba con la chica más guapa de la clase.

Temprano en la mañana me encontré con Alice, ella era mi chica; mientras esperábamos el transporte fuimos a un parque cercano y comenzamos a charlar.

Nos sentamos en una banca, mientras la escuchaba veía sus labios gruesos y malditamente provocadores, ella se había arreglado más que nunca, y parecía que su ropa estaba tan pegada a su cuerpo que modelaba sus excitantes curvas.

La callé de un beso y lentamente iba aumentando la intensidad, escuchaba su respiración aumentar y seguidos a ello sus gemidos, empecé a bajar mis manos a sus grandes y bien formadas nalgas.

Me besaba como una poseída por el sexo, eran de esos besos que te atraían a una cama y comértela toda.

Después de unos minutos apareció un amigo y nos separamos. Tenía las mejillas rojas y una mirada de deseo.

Al poco tiempo llego nuestro transporte y ambos nos sentamos en los asientos del último. Era claro que íbamos a continuar lo que no pudimos terminar en el parque.

A mitad del camino, ella empezó a mirarme con esa jodida cara de sexo; puso su pierna en medio de pierna mientras con su mano izquierda lentamente la llevaba hacía mi amigo carnudo... me excitaba; su impulso de llevarme al éxtasis con su mano en mi miembro, comencé a gemir por dentro para que nadie me escuchara, mientras ella me veía con deseo intenso y se estimulaba sus senos.

Nos comenzamos a besar mientras el bulto en mi pantalón crecía, más y más. Ella me acariciaba mientras con mi mano buscaba en medio de sus piernas su vulva, metía lentamente mi mano en su pantalón, sentía cada centímetro de su piel mientras acariciaba sus labios mayores y regresaba al clítoris estimulándola. Gemía a mi oído, estaba a punto de venirme, cada gemido me calentaba más y más.

Mientras su vagina se humedecía le decía que no podía más. Llegué al clímax y exploté en su mano... me beso, me miro y lamio sus dedos con la mano que había recibido mi semen.

Aunque yo había terminado no podía dejar de pensarla desnuda, la senté en mis piernas y metí mi mano debajo de su pantalón y sentía como su humedad aumentaba más y más, mientras su respiración se descontrolaba y sus gemidos no faltaban.

La adrenalina se sentía a mil por minuto por que debíamos disimular lo que sucedía y que nadie nos molestara.

Se movía tan sexy encima mío que me excitaba otra vez... sentía como sus nalgas rozaban mi miembro. Mientras metía y sacaba mis dedos de su mojada vagina, gritó de repente jaja todo el mundo la escuchó y me dijo estúpido mientras tapaba su rostro con su cabello.

Nos regresaron a ver y no supe que hacer, me reí y le dije no te hice nada, que exagerada; como si estuviéramos jugando a molestarnos.

Llegamos a un campamento y bajamos de últimos, primero yo preguntando por el baño y ella me seguía. Fuimos juntos al baño y nos limpiamos.

Fue tan excitante que lo repetimos horas después, nos escapamos del grupo.


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